El acceso a la vivienda es un derecho reconocido en la Constitución, pero cada vez supone más esfuerzo para los ciudadanos ante la subida de los tipos de interés y la pérdida de poder adquisitivo acumulada por la elevada inflación. Por ello, las administraciones y ... el sector de la construcción en Asturias quieren ir de la mano para dar respuesta a la demanda de vivienda a precios asequibles. El consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, recordó ayer, en el primer Foro de Empleo para la Industria de la Construcción, que se clausura hoy en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón, su objetivo de finalizar la legislatura con más de 10.000 pisos públicos.
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Pero la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) y del grupo de promotores de CAC-Asprocon, María Calvo, señaló que solo la vivienda pública «probablemente no será suficiente para cubrir las necesidades», por lo que abogó por que este desarrollo sea «compatible» con el privado. A su juicio, solo con la suma de las promociones impulsadas por las administraciones y las de las empresas «se lograrán los objetivos que todos buscamos». Para conseguirlo, pidió que «la legislación ayude a reducir los plazos», ya que la demora también encarece el coste de la vivienda, y que la normativa sea «más flexible» para poder adecuar los planes urbanísticos a las necesidades del momento.
En este sentido, Calvo aludió a la necesidad de construir tanto vivienda destinada a la compra como al alquiler. Sobre los pisos en este último régimen, confirmó que «la oferta escasea por varios motivos». Uno de los principales es que tradicionalmente el mercado del alquiler ha estado en manos de pequeños propietarios, por lo que consideró necesario «impulsar un parque gestionado por profesionales».
Ovidio Zapico, que participó en la misma mesa redonda, se congratuló por constatar que «los agentes sociales van a ser grandes aliados del Principado en esta legislatura para garantizar el acceso a una vivienda digna». Aprovechó para comunicar que «en las próximas semanas se anunciarán buenas noticias» sobre asuntos estancados y se podrán «empezar a licitar proyectos de rehabilitación y de vivienda nueva a lo largo y ancho de Asturias». En concreto, se refirió a las parcelas de la antigua Escuela de Peritos, en Gijón, y a otra ubicada en Lugones, que albergarán pisos en alquiler.
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Por otro lado, Zapico invitó a los agentes sociales a participar en una mesa de trabajo sobre la Ley de Ordenación Integral del Territorio de Asturias (LOITA), «que tiene que aprobarse en esta legislatura». En el marco normativo, también incidió en la importancia de desarrollar la Ley de Vivienda estatal, «que ha venido para quedarse», e incluso de elaborar una propia en el Principado.
En la jornada de ayer también participaron otros dos consejeros: el de Fomento y el de Ciencia. El primero, Alejandro Calvo, recalcó que el Gobierno asturiano «va a seguir apostando por la inversión productiva». Recordó que el Ejecutivo «lleva dos años con programas de inversión plurianuales», lo que facilita que las empresas de la construcción puedan dimensionar sus plantillas en función de la carga de trabajo.
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Por su parte, el titular de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, Borja Sánchez, confió en que el desarrollo de la ley de FP dé respuesta a las necesidades de sectores como el de la construcción en materia formativa, «pero tienen que ser las empresas las que nos digan las necesidades».
Las patronales y los sindicatos, tanto de la región como de ámbito estatal, hicieron énfasis en que la construcción es un sector muy distinto al de hace décadas, con buenas perspectivas de trabajo –debido, sobre todo, a los fondos europeos– y buenas condiciones laborales. Prueba de ello es la reducción de la temporalidad, como destacó el secretario general de UGT-FICA de Asturias, Jenaro Martínez.«Entre 2013 y 2021, solo el 10%de los contratos en el sector eran indefinidos y ahora, gracias al diálogo social, son el 61%», concretó.
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Por su parte, el presidente de CAC-Asprocon, Joel García, puso de manifiesto que «el catálogo de los cursos de formación necesita ser más abierto» y abogó por recuperar la figura del aprendiz, aunque «más limitada en el tiempo».
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