Los trabajos de demolición de la térmica de Soto de la Barca, que arrancaron en el mes de diciembre, continuaron este jueves con la espectacular demolición de la caldera y de la chimenea del grupo 3 (con una altura de 200 metros), así como de la nave de tolvas de los grupos 1 y 2.
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La operación se llevó a cabo por la mañana bajo las máximas medidas de seguridad, el mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente. Para ello, el tráfico cercano permaneció cortado durante la operación y fue restablecido sobre las 12:30 horas.
Fuentes de Naturgy, empresa propietaria de las instalaciones, situadas en Tineo, explican que la voladura es una de las técnicas «más eficientes» para el desmantelamiento de centrales, ya que «minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental».
Tan solo queda una demolición prevista, la de la nave de tolvas del grupo 3, que se llevará a cabo a finales de año. Una vez concluidas las voladuras, los trabajos de desmantelamiento continuarán (ya con maquinaria pesada) durante el primer trimestre de 2025, cuando se pondrá punto final a la historia de una central que comenzó su operación comercial en 1965.
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