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I. GARCÍA / I. VILLAR
GIJÓN.
Viernes, 24 de marzo 2023, 01:27
«Aunque Gijón es una ciudad industrial con actividades peligrosas, carece de planes de emergencia exterior para la ciudadanía. Y si los tiene, son desconocidos ... para los vecinos, lo cual es aún más denunciable», criticó ayer la federación vecinal urbana (FAV), que advirtió de que «el Ayuntamiento de Gijón y el Principado son los responsables de que se cumplan y también serán de lo que pueda suponer que no se cumplan». La entidad cree que «una vez más se ha podido comprobar el desamparo de los vecinos ante accidentes tan graves como este. Porque salvo escuchar las sirenas, nadie en las zonas habitadas cercanas sabía cómo debía actuar».
«Nadie se molestó en llamarnos para decirnos por ejemplo que cerráramos las ventanas porque lo que estábamos respirando no era bueno. Mi casa quedó cubierta por una nube naranja y los incendios no crean nubes naranjas. Nos hace falta un protocolo claro que nos diga qué hacer», lamentaba ayer el presidente vecinal de San Andrés de los Tacones, Bryan Calvo. Antes de que se produjera el incendio, en la agenda de Arcelor ya estaba programada para ayer una reunión -la hay cada trimestre- con asociaciones vecinales de Carreño y la zona oeste de Gijón para hablar sobre el estado de los proyectos para reducir sus emisiones contaminantes, pero el accidente y los planes de emergencia exterior se convirtieron en los principales protagonistas. Los representantes de la empresa dieron cuenta de cómo se habían desarrollado los hechos, la activación del plan de emergencia correspondiente a la instalación afectada y que todo se logró controlar en poco más de hora y media. Pero los vecinos aprovecharon para exigir un mayor compromiso del Principado para formar a la población ante situaciones como la del miércoles. «No vale que los planes estén sobre el papel. Habrá que hacer simulacros o algo. No puede ser que nadie supiera qué tenía que hacer», criticó José Luis Rodríguez Peón, quien acudió a la reunión en representación de la parroquia de Jove. «Habría que preguntarse por qué no se mandó a la Guardia Civil a informar a la gente. Quizá hacen falta un poco más de reflejos por parte del Principado», añadía José Luis Nicieza, presidente vecinal de Veriña.
Los vecinos más próximos a la factoría, mientras, seguían ayer con el susto en el cuerpo. «Como lo de este miércoles no recuerdo ninguna y mira que llevo años aquí. Fue una explosión de la virgen, muy fuerte, salió una montonera de humo y retumbó algún cristal», explicaba José Batista, quien cuando sonó la sirena no sabía muy bien «cómo actuar».
Muchos vecinos, especialmente de Poago, se agolparon en la carretera para hacer fotos, sin saber muy bien qué hacer. «¿Cómo lo viví? Bueno... 'Asustao'», señalaba desde esta parroquia Mario Álvarez. «Empezó echando humo por abajo, de repente salió para arriba como una llama y hubo como dos o tres petardazos y ya se formó una nube», añadía. Desde uno de los bares de Poago, Eva Meana no podía ocultar la «preocupación» que producen este tipo de sucesos. «Escuchar la sirena nos pone tensos y nadie nos dijo qué hacer en estos casos». Ella también sintió el estruendo, como uno de sus clientes, Manuel Alfonso Pascali, a quien el accidente despertó de la siesta.
«Estamos acostumbrados a que nos echen porquería, pero la sirena pocas veces suena», apuntaba desde Monteana Laureno Álvarez. «Mi mujer, que estaba en la farmacia sí, se asustó un poco y mi hijo me dijo que incluso retumbaron algunos cristales». «Nosotros la deflagración no la sentimos, pero sí la alarma», señalaba Orlando Rodrigo desde el entorno del apeadero del tren. «Aquí nadie nos ha dicho nada, pero sí que vinieron vecinos que viven abajo, en Poago, con miedo. Algunos con toda la familia».
Aunque no todos los vecinos de la zona se percataron de primeras de lo ocurrido. Es el caso de Sergio Suárez, también de Monteana, a quien le avisó «un compañero de fútbol. Escuché las sirenas, pero viviendo aquí no le di mucha importancia». Él, que trabaja en una subcontrata de Arcelor, reconoce que conoce «un poco lo que hay por dentro y cuándo es grave». Tampoco se dio cuenta de primeras José Luis Pikabea, quien se enteró de lo ocurrido a través de EL COMERCIO.
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