Unai Sordo | Secretario general de CC OO
«La última vez que se redujo la jornada Quini jugaba en el Sporting, ya es hora»Secciones
Servicios
Destacamos
Unai Sordo | Secretario general de CC OO
«La última vez que se redujo la jornada Quini jugaba en el Sporting, ya es hora»Ya es casi tradicional la cita de Unai Sordo (Baracaldo, 1972) con la Semana Negra. El secretario general de CC OO regresa a Asturias cada verano –participó ayer en un homenaje a Anita Sirgo– y, en esta ocasión, lo hace en plena tormenta política, ... con la ruptura de los gobiernos autonómicos de PP y Vox, y en medio de la polémica por la reducción de la jornada laboral.
–¿Entiende el enfado de CEOE por la reducción de jornada?
–La patronal está sobreactuando, exagerando, y aún no sabemos si está dispuesta a negociar.
–Pero, ¿qué puede negociar si ya se le da cerrado el recorte a 37,5 horas?
–Tan importante como la reducción o el tiempo total es la distribución, los elementos de flexibilidad, cómo se controlan los horarios, cómo se produce el proceso de digitalización del control horario... CEOE debería tener una posición más definida, pero primero hay que despejar la incógnita de si quiere negociar.
–El presidente de CEOE dice que implica «regalar» doce días de vacaciones, en UGT calculaban que 16. ¿Cuál es su cálculo?
–Me parece irrespetuoso decir que se regalan vacaciones. Evidentemente son pagadas o no son vacaciones, pero estas forman parte del contrato y de los derechos que se gana el trabajador todo el año. Aquí no se regala nada. Y claro que la reducción tiene que conllevar un aumento del tiempo libre, esos 16 días aproximadamente. Es también una buena forma de mejorar los salarios/hora. Se intenta que el trabajador esté mejor retribuido. La pregunta es si hay margen para ello y los datos nos dicen que sí, que las empresas están teniendo más beneficios que nunca en la década. La última vez que se redujo la jornada laboral Quini jugaba en el Sporting, ya es hora.
–La mayoría de grandes empresas tienen una jornada inferior a 40 horas, pero ¿qué sucede con las pymes o micropymes, que no tienen tantos beneficios?
–Ese era el mismo argumento que con el Salario Mínimo Interprofesional. Los datos dicen que la evolución de los beneficios sobre el valor añadido ha tenido un incremento importante también para ellas. Una vez que han bajado los costes, la subida de precios en la hostelería se ha mantenido. ¿Quién se ha apropiado de ella? ¡Claro que se puede mejorar la jornada en los pequeños sectores! Y luego hay una reflexión colateral: España tiene que decidir qué tipo de prácticas empresariales incentiva. Estamos favoreciendo un mal modelo con aquellos que rentabilizan sus negocios por la vía de pagar salarios de miseria con jornadas interminables. Luego, los empresarios se quejan de que no encuentran trabajadores.
–53.000 parados en Asturias, 2,6 millones en España y las empresas no encuentran trabajadores. ¿Es todo una cuestión de condiciones?, ¿de cualificación?
–Hay que ver, por un lado, si realmente se ofrecen salarios acordes con esa cualificación. A lo mejor, parte de esas personas cualificadas se está marchando de España. Y cuando no son puestos especialmente cualificados, hay que ver qué pasa, ofertar mejores condiciones y a partir de ahí buscar la rentabilidad. La disfunción con la formación se produce de forma marginal, pero no creo que sea el problema de las vacantes, más bien tiene que ver con las condiciones y con el encarecimiento de la vida en algunos lugares.
–Y, a la vez, se dispara el absentismo. ¿A qué se debe?
–Es un problema multifactorial. El hecho de que se alarguen algunos periodos de recuperación tiene que ver con la situación de la Atención Primaria, las citas que se demoran. Hay que reforzar el sistema sanitario. Y hay un incremento importante de las bajas por salud mental, que muchas veces tienen que ver con las exigencias de trabajo. También hay que analizar si tenemos una política de cuidados suficiente para que las personas que conviven con dependientes tengan una cobertura pública que les evite faltar al trabajo. No se puede echar la culpa a los trabajadores, las razones son mucho más estructurales.
–Los empresarios también lo achacan al sistema sanitario y piden que las mutuas intervengan...
–Nosotros nunca vamos a estar de acuerdo con que se incremente el poder de las mutuas para controlar las altas, porque se usarían para presionar a los trabajadores, aunque sí tienen una serie de medios que se podrían utilizar, por ejemplo, para la recuperación de lesiones musculares y acortar los plazos.
–Se acaba de conocer el anteproyecto de la Ley de Industria. El sector asegura que es una buena declaración de intenciones, pero pide concreción y ambición. ¿Qué le parece el texto?
–Esta no puede ser una oportunidad perdida para tener una ley verdaderamente efectiva y que sirva para tutelar y gobernar los procesos de inversión a largo plazo. Lo último que necesitaríamos es una ley retórica, pero creo que no van por ahí los tiros. Ya no es el momento de que el Estado se dedique a poner dinero a disposición de las empresas sin exigir contraprestaciones.
–¿Se está apoyando de forma suficiente a la industria en Europa?
–Estamos en un momento de oportunidad y también de riesgo. Países como China o Estados Unidos están haciendo inversiones multimillonarias para facilitar que las transiciones energéticas de sus empresas se vinculen a decisiones de inversión a largo plazo y de fijación de empleo y Europa no puede quedarse como el último de Filipinas. El problema es si se recuperan en la UE las políticas de austeridad. Con la amenaza de la extrema derecha y de un nuevo nacionalismo de Estado podemos estar en riesgo, porque hacen falta más recursos.
–El proyecto de la planta de DRI de Arcelor sigue bloqueado pese a los 450 millones de ayuda.
–El inversor tiene que garantizar su transformación, pero también garantizar el empleo a largo plazo. Vamos a ser muy exigentes en ese terreno, también con el Estado, a la hora de que se haga valer esa movilización de recursos públicos. No se puede perder un sector estratégico como el del acero.
–Y ya en el terreno político, ¿cómo analiza la actual inestabilidad, ya no solo en el Gobierno central sino tras la ruptura de los ejecutivos autonómicos de PP y Vox?
–Es una buena noticia que la extrema derecha salga de los gobiernos autonómicos en los que nunca debió entrar. Pediremos que se reviertan las medidas antisociales y antidemocráticas que se han llevado adelante. Pero esto hay que verlo con perspectiva. Utilizan una excusa miserable, como la de los menores no acompañados, para justificar la ruptura, pero lo que hacen es intentar reagrupar las fuerzas reaccionarias en España y en Europa. Hay que estar absolutamente alerta y reivindicar un cordón sanitario como en Francia. A partir de ahí, la legislatura en España puede continuar y ser media-larga o incluso agotarse. Lo peor que podría ocurrir en España es que se precipitara una secuencia de vuelta a elecciones generales, autonómicas, porque esto debilita mucho la acción pública.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.