El transporte asturiano exige aliviar costes en su momento «más crítico»

En el último año y medio se ha recrudecido el panorama y las negociaciones con el Ministerio de Transportes no habían dado los resultados esperados. Hasta tal punto que la patronal española del sector convocó paros para los días 20, 21 y 22 de diciembre, que finalmente suspendió tras llegar a un acuerdo con el Gobierno, casi in extremis, el pasado viernes por la noche.

Dicho pacto recoge muchas de las reivindicaciones del sector. Por ejemplo, la prohibición de la carga y descarga por parte de los conductores, a imagen y semejanza de como lo ha hecho este año Portugal. «Tiene que haber un reglamento sancionador para que las empresas cargadoras no te puedan obligar», explica García Monjardín. Se trata así de garantizar la seguridad de los conductores que, además, asumen tiempos de espera muy prolongados en estas operaciones. De hecho, esta era otra de las reclamaciones de los transportistas, que disminuyan por ley las paralizaciones que ahora la normativa fija en dos horas para cada una de las dos actividades relacionadas con la mercancía. La otra gran exigencia era que se repercutan en las facturas, de manera automática, los aumentos del precio del gasóleo. Una «cláusula» que permita aliviar las abultadas subidas de las tarifas, de hasta el 35% en lo que va de año.

Una subida «inasumible» que no pueden trasladar a sus clientes, apunta el presidente de Cesintra. En términos similares se pronuncia su homólogo en la Asociación de Empresarios del Transporte, Logística, Aparcamientos y Actividades afines de Asturias (Asetra) y la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), Ovidio de la Roza, que cifra en un 20% el aumento de los costes en el último año. Porque no solo se ha disparado el precio del combustible -que es un 10% del total-, sino también el de «los neumáticos, los peajes, los talleres, los vehículos...». Subraya que la situación es insostenible para un sector «esencial» que aglutina a cerca de 3.000 empresas y 12.000 trabajadores en la región. Por ello, «es imprescindible mejorar las condiciones de trabajo de nuestra gente, que cada día es más precaria, y tener un mínimo de dignidad en las empresas».

Remarca De la Roza que, de no eliminarse los obstáculos que tiene ante sí el sector, «habrá un problema de competitividad de la economía española en su conjunto». Estas trabas provocan que el sector no sea atractivo, como ocurre en Reino Unido, que afronta graves problemas de logística por la falta de profesionales. «Aquí ya tenemos alguna flota parada porque no hay conductores», señala.

Los sindicatos están de acuerdo con las reclamaciones de la patronal, pero no con sus argumentos. «Los empresarios no dicen la verdad respecto a que no pueden mejorar las condiciones porque en tiempos de bonanza tampoco lo hacían», indica el secretario de Transportes por Carretera de UGT Asturias, Iván López. En este sentido, denuncia que el convenio del transporte en Asturias «pocas empresas lo aplican», ya que «ajustan» el sueldo con los conductores, que cada vez se aleja más de las cantidades fijadas en la negociación colectiva.

«El problema del transporte en Asturias y en España es que, al final, es una guerra de precios entre las compañías, que son las que abaratan los costes», añade. Coincide con él Manuel García, coordinador del sector de Carretera de CC OO. «Un conductor que entre mañana a trabajar en rutas nacionales tendría que ganar más de 3.000 euros y ahora están cobrando 1.500», apunta. Unas condiciones salariales que no se ajustan a «las jornadas de 15 o 16 horas» que asumen muchos profesionales del sector.