Las transferencias bancarias que te pueden llevar ante el juez

Los movimientos bancarios que están ganando en popularidad durante los últimos años son aquellos que se realizan a través de la aplicación Bizum, ya que permite que el dinero llegue de forma inmediata sin importar la entidad bancaria de la que parta y a la que llegue el dinero indicado. En este tipo de transferencias el error puede parecer más raro de cometer, ya que el cliente asocia el número de cuenta a su teléfono móvil y cuando hay que enviar dinero se elige directamente sobre el nombre guardado en la agenda, por lo que no hay que escribir el largo y peligroso IBAN, una combinación numérica sobre la que un error puede acabar muy mal.

El mensaje ya es bastante rotundo por parte del Banco de España: «Las transferencias bancarias son órdenes de pago irrevocables». Ciertamente no existe una opción rápida, inmediata tras confirmar la operación, que permita deshacer toda la operativa. Explica el organismo que las transferencias, además, son «órdenes que no pueden dejarse sin efecto y las cantidades no podrán se retrocedidas de forma automática».

En relación a esto último la situación se detalla desde el punto de vista de que en caso de realizarse una transferencia errónea el cliente que envía el dinero debe iniciar un procedimiento que, en primer lugar, implica a la entidad bancaria que emite el dinero y a la que lo recibe. En cualquier caso debe darse el consentimiento del beneficiario, ya que su banco procederá a retirar la cantidad de dinero reciba de forma equivocada. Es por ello que no se realiza en un proceso sencillo.

En el caso de que el beneficiario rechace cualquier solicitud para devolver el dinero que no le corresponde, el cliente emisor podrá emprender acciones legales para conseguir que esa transferencia bancaria errónea se revierta. Es por ello, y para evitar acabar ante la justicia, que el Banco de España pide que se compruebe «muy bien» todo el proceso mediante el cual se firma una transferencia bancaria, del formato que sea, ya que un error en el destinatario o en el IBAN puede acabar de muy malas maneras.