Los que vuelven, lo hacen con un contrato debajo del brazo

Si la emigración asturiana alcanzó sus máximos de la década en el año 2010 -8.516 con destino a otra provincia española- y 2013 -5.113 emprendieron rumbo al extranjero- las cifras vuelven a estabilizarse. Siguen yéndose, sí, pero menos. Las salidas intraautonómicas, que continúan ... en torno a las 7.000 personas anuales, son casi dos mil menos que hace diez años. La disminución que esto supone para la población activa de Asturias se contrarresta con el número de aquellos que llegan. Aunque lo hacen con menor intensidad en el caso de los nacionales, buena parte de ellos encuentra un empleo. O se mudan al Principado con un contrato bajo el brazo porque 7.900 de los ocupados llevaba menos de un año viviendo aquí. Siguiendo la evolución del último lustro se observa que es una circunstancia cada vez más habitual. De hecho, ha aumentado en más de dos mil personas en tan solo tres años. La tasa de paro de este grupo ha caído desde el 37,9% con el que cerró en 2018 al 22,7% del pasado y más de la mitad que la del que marcaba en 2014. Esta cifra contrasta con la que se sitúa en el lado radicalmente opuesto, aquellos que permanecen en la región desde hace cinco años o más. Dentro de este grupo todos los indicadores son negativos: ha caído la ocupación en los tres últimos años y lo hace prácticamente de la misma forma entre hombres como mujeres. La horquilla que presenta una evolución más positiva es la de aquellos que aún no cumplen cinco años en el padrón asturiano. Los 7.100 ocupados de 2018 han pasado a ser 10.800, según las cifras facilitadas por el INE.