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LAURA CASTRO
LANGREO.
Miércoles, 11 de septiembre 2019, 01:36
Las perspectivas del mercado global de refractarios, al que pertenece la planta langreana de Vesuvius, son positivas. De hecho, crecerá un 4,2% cada año hasta 2026, según un estudio de la consultora norteamericana Persistence Market Research, que justifica este impulso por las buenas ... perspectivas globales de la siderurgia, las cementeras y sobre todo del sector del vidrio.
La mayor amenaza está en la guerra comercial desatada por Donald Trump, pues el mercado de refractarios tiene una alta dependencia de las importaciones de materias primas de China. La crisis que vive el acero en Europa -motivo que alegó Vesuvius para justificar los cierres de sus plantas de Langreo y Miranda de Ebro, en Burgos-, no tendría una gran repercusión, pues la consultora estima que en el ámbito global la siderurgia seguirá creciendo y también lo harán las cementeras y, sobre todo, el sector del vidrio, claves para el negocio de los refractarios.
No obstante, la multinacional sigue adelante con su plan de reestructuración que pasa por ir trasladando su producción hacia los países del Este. Presentará el ERE de extinción mañana en la Dirección General de Trabajo y se reunirá después con la plantilla asturiana para iniciar el proceso de negociación , que durará 30 días. Los trabajadores rechazan de lleno el cierre y aseguran que la medida es «injusta y no tiene sentido alguno». Así lo dijo ayer el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Sánchez Baragaño, quien aseguró que acudirán a la reunión de mañana dispuestos a exigirle a la empresa que rectifique y retire el ERE.
La plantilla retomó ayer el trabajo tras el puente festivo y lo hizo con una nueva concentración a las puertas de la nave ubicada en el polígono de Riaño. En ella participaron también miembros de la Federación de Jubilados y Pensionistas de CC OO. «No pueden dejar esto como un solar, la gente sabe que este problema no es solo nuestro, sino de toda la cuenca», incidió Sánchez Baragaño. Además, muchos de los jubilados langreanos tienen familiares afectados por la situación de Vesuvius, como José Antonio Cabañín Pérez. «Mi hijo, mi cuñado y mi sobrino trabajan aquí. Esto quedará hecho polvo si no se toman medidas. No se pueden coger subvenciones y luego dejarnos tirados y con el culo al aire», criticó. «La planta da beneficios, firmaron el convenio hace dos o tres meses y ahora quieren cerrarla. No tiene ni pies ni cabeza», zanjó Cabañín, quien pide al Gobierno que actúe de inmediato.
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