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Unai Sordo (Baracaldo, 1972) regresa a Asturias para asistir, un año más, a la Semana Negra, a escasos días de la cita electoral. El secretario general de CC OO le pide al nuevo Gobierno que continúe con las políticas laborales de los últimos años, que ... deben complementarse, señala, con una política industrial encaminada a que la inversión pública condicione la empresarial para recuperar la fortaleza de este sector en la economía.
-¿Qué le pide CC OO al nuevo Gobierno que salga de las urnas?
-Lo que le vamos a pedir es continuar con políticas que se han demostrado más justas y más eficaces en materia laboral en los últimos años; políticas de protección de los ciudadanos porque todavía la situación en nuestro país tiene a millones de personas con dificultad para llegar a fin de mes por el incremento que ha habido de los precios; y políticas de desarrollo industrial aprovechando los fondos de recuperación europeos. Para que España continúe generando empleo, mejore la calidad de su tejido productivo y, en definitiva, para que tengamos un país con mejores condiciones de vida y de trabajo, junto con una recuperación de los servicios públicos.
-¿Teme que la reforma laboral se vea afectada si el Gobierno cambia de signo político, pese a las recientes declaraciones de Feijóo a favor de la norma?
-Es curioso que el PP después de votar en contra de la reforma laboral y de elevar un recurso de amparo al Tribunal Constitucional, que aún no ha retirado, diga ahora que está de acuerdo. En todo caso, nos parece una buena noticia que creo que responde a una realidad que es incontrovertible y es que los resultados de la reforma laboral han sido muy positivos en término de estabilidad en el empleo. Cuando una cosa funciona bien me imagino que es arriesgado para un político en campaña electoral decir que se la va a cargar. Me alegro de esa rectificación, pero tampoco me fío. Habrá que ver lo que ocurriría en caso de que el PP llegara al poder, no digo ya si llega de la mano de la extrema derecha, porque lo cierto es que el PP se opuso a esta reforma laboral, a los ERTE y a la subida del salario mínimo y, con estos precedentes, no es para estar muy tranquilo.
-Sí introduce el PP la llamada 'mochila austriaca' en su programa electoral. ¿Cómo afectaría al modelo de despido?
-Eso me gustaría saber a mí porque la llamada 'mochila austriaca' es algo que se dice y nadie explica de qué se está hablando. Ese modelo, que solo existe en Austria, es evidente que no es exportable a España. Pero en Austria los despidos, cuando son improcedentes, la empresa está obligada a readmitir al trabajador. Le pregunto al PP si va a recuperar ese modelo de despido improcedente. Recordemos que en España es al contrario, quien elige si readmite o no al trabajador es la empresa. Si tenemos que entender lo que dice entre líneas el PP, da la impresión de que pretende abaratar el despido, facilitarlo y que sean los propios trabajadores los que tengan que financiar su propio despido.
-Usted afirma que la falta de mano de obra en la hostelería es «culpa de los empresarios». ¿No cumplen el convenio?
-La hostelería ha sido, durante demasiados años, un sector donde los trabajadores han sido muy maltratados por las empresas, con bajos salarios y con alargamientos de jornada. El sector se ha desprofesionalizado, hay muchísimas personas que ya no ven en la hostelería una salida laboral de largo plazo. Cuando ocurre esto en un momento como el actual, en el que el turismo en Asturias empieza a ser un elemento muy potente, te encuentras con la 'sorpresa' de que no hay trabajadores. Insto a los empresarios a que hagan dos o tres cosas: pagar más, cumplir las condiciones de horarios de una forma razonable y dotar de estabilidad y profesionalización a las plantillas.
-Hay más sectores que señalan la carencia de profesionales. ¿A qué achaca este desajuste en el mercado laboral?
-Primero, quiero aclarar que en el mercado laboral español hay bastante más gente con cualificaciones muy superiores a la calidad de los empleos que se le ofertan que empresas que no encuentran trabajadores. Hay tres variables de esta supuesta falta mano de obra. Una tiene que ver con los salarios de miseria que se ofrecen en ciertos sectores. La segunda causa es que, aun pagando salarios medios, hay determinados lugares donde es muy difícil vivir. Y un tercer elemento es el desacople que puede haber en algunos sectores entre las cualificaciones que se requieren para trabajar y las que existen, porque hay ciertas transformaciones en el modelo de producir que, a veces, van muy rápido. Aquí es donde nos tenemos que esmerar con las políticas activas de empleo.
-Termina la legislatura sin nueva ley de industria y sin un pacto de Estado para protegerla. ¿A qué atribuye esta dejadez de la clase política por el sector?
-Han sido demasiados años, incluso algunas décadas, en las que se creyó que la política industrial era prescindible. Y nuestro país interpretó que las decisiones de inversión de las empresas dependían básicamente del capital privado. Afortunadamente, esta idea está pasando a la historia. El impulso de los fondos de recuperación europeos ha devuelto la vigencia de la necesidad de políticas industriales, donde la inversión pública se utilice para condicionar las decisiones de inversión estratégica de las empresas. La transición digital y la energética son elementos claves para tratar de favorecer una reindustrializacion de nuestro país.
-En una entrevista concedida a este periódico, Teresa Ribera aseguró que el saldo en términos de empleo tras el cierre de las térmicas y las minas es positivo. ¿Considera que es así?
-En general, en España las transiciones no han sido justas, y se han abordado desde un punto de vista de fuerte inversión pública para proteger a las personas que se quedaban fuera, pero no han sido lo suficientemente eficaces a la hora de atraer nuevas inversiones. No haría un discurso tan triunfalista sobre cómo se han hecho las transiciones anteriores. Se ha quedado demasiada gente y demasiados territorios en la cuneta y sin empleo alternativo.
-¿Asturias va por el buen camino en su transición hacia un nuevo modelo productivo?
-Hay mucho que hacer, pero es la oportunidad. Estamos comprobando que buena parte de los empleos que se están generando ya no son de baja productividad, sino que están en el segmento medio-alto. Hay un cierto cambio de tendencia, pero nos preocupa mucho que en la posibilidad de un cambio de Gobierno dirijan estas políticas personas negacionistas, que incluso consideran que estas transformaciones no hay que hacerlas porque parten de que es mentira que hay un cambio climático.
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