La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. E. P.

Sindicatos y patronal dan la espalda a Díaz y negociarán solos la reducción de jornada

El Gobierno les advierte que vigilará los avances y anuncia que pretende elevar las sanciones a las empresas por incumplir el registro horario

Jueves, 25 de enero 2024, 13:49

Sindicatos y patronal se han aliado para dejar fuera al Gobierno, más concretamente para dar la espalda a la vicepresidenta Yolanda Díaz, en la negociación para reducir por ley la jornada semanal máxima. Los interlocutores sociales han tirado de legislación y han esgrimido que el ... artículo 83 del Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral es potestad del diálogo bipartito, por lo que el Ministerio de Trabajo ha accedido a dejarles un margen para negociar solos aunque rindiendo cuentas de los avances y trabajarán «en paralelo». Así lo explicaron este martes los representantes de UGT y de CC OO tras la primera reunión que dio el pistoletazo de salida a la negociación de una de las medidas estrella de esta legislatura: la reducción de la jornada laboral máxima tras más de cuarenta años congelada por ley.

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El final de este proceso ya se conoce: la jornada se recortará este año de las 40 horas actuales a 38,5 horas y, ya en 2025, quedará establecida en 37,5 horas, puesto que así se comprometió el Ejecutivo en el pacto de legislatura. Pero en lo que tratarán de trabajar ahora sindicatos y empresarios sin la injerencia del ministerio es en cómo se puede llegar a aplicar, para lo que analizarán el impacto por sectores y abordarán también los descansos, la articulación de los permisos retribuidos, etc.

Esta exigencia de dejar fuera a Díaz partió de la CEOE –tal y como ha podido saber este periódico– pero fue bien acogida por los dos sindicatos mayoritarios, puesto que los interlocutores sociales han acusado en los últimos meses al Gobierno de boicotear la negociación colectiva, puesto que ha anunciado medidas que deben tomarse en el seno del diálogo social sin ni tan siquiera consultarles, como la reducción de jornada o la prevalecía de los convenios autonómicos sobre los sectoriales. No obstante, para tratar de evitar que suponga un retraso en la puesta en marcha de esta medida, los sindicatos le han puesto un plazo de un mes a la patronal para tratar de alcanzar un acuerdo sin la supervisión del Ministerio de Trabajo, según informaron a este periódico fuentes de la negociación. «Vamos a negociar el cómo, pero no el dónde ni el cuándo», advirtió Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, quien admitió que «discutiendo en el ámbito bipartito es posible que podamos hacerlo de manera más sencilla».

Cruce de reproches

La ausencia de Díaz en las negociaciones puede servir para agilizar una negociación que había comenzado ya con mal pie, puesto que la ministra ya dio por hecho días antes de que comenzara el no de la patronal a esta medida después del rechazo a la subida del salario mínimo. Los reproches entre la vicepresidenta y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, no han cesado en estos últimos días, lo que pone en evidencia que las relaciones entre el Gobierno y los empresarios están en la cuerda floja.

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Pero en esta mesa no solo se negociará la reducción de jornada. El Gobierno quiere aprovechar esta norma para dar una vuelta de tuerca a otra medida que impulsó y que no está teniendo los efectos que quería: el registro horario. Pese a que todas las empresas, sin excepción, están obligadas desde el 12 de mayo de 2019 a registrar diariamente la jornada de sus trabajadores, son todavía muchas las que no lo hacen.

Para ello, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, da por sentado que una de las formas de hacerlo será endurecer las sanciones para aquellas compañías que no lo cumplen. «Como es sabido, las sanciones en materia de tiempo de trabajo en la legislación no son suficientemente disuasorias para evitar conductas incumplidoras. El endurecimiento obviamente forma parte de las perspectivas reformadoras de este Gobierno», admitió.

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Los sindicatos, además, pedirán que se pongan en marcha medidas de control efectivo y, para ello, instarán a que deje de poder hacerse de forma manual y en papel el control horario, porque es ahí donde se están registrando los fraudes. «Hay que utilizar las nuevas tecnologías para que efectivamente ese control horario no se pueda modificar, no se pueda falsificar», exigió Mari Cruz Vicente, secretaria de Empleo y Acción Sindical de CC OO.

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