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JOSÉ L. GONZÁLEZ
GIJÓN.
Viernes, 25 de marzo 2022, 00:56
La afectación que el paro del transporte de mercancías por carretera está teniendo en la economía asturiana se agrava día a día. La falta de suministros, unida a la imposibilidad de expedir la producción, está colocando a las empresas en una situación de extrema tensión que, en algunos casos, ha hecho que se rompa la cuerda. Es el caso de Orovalle. La empresa minera que opera en las explotaciones de Boinás y Carlés, en el Cinturón de Oro del río Narcea, ha planteado un ERTE por fuerza mayor para cerca del 40% de su plantilla -unos 190 de los 480 empleados con los que cuenta- ante la imposibilidad de abastecerse de los materiales necesarios con los que continuar su actividad productiva. A esta circunstancia se une, sostiene la empresa, la «imposibilidad» de conocer el momento en el que la situación volverá a la normalidad.
Orovalle venía advirtiendo desde hace días de las dificultades que estaba atravesando a consecuencia de los paros. La falta de suministros les ha obligado a, poco a poco, ir parando los procesos de extracción y tratamiento del mineral hasta llegar a la decisión anunciada ayer. Desde la empresa muestran su «máxima preocupación» y alertan de que esta situación pone «en riesgo» la continuidad de la actividad industrial a medio y largo plazo.
La planta de Ence en Navia también está pasando por dificultades a causa de los paros del transporte. La madera que necesita para continuar con su proceso productivo no está llegando de forma debida y tampoco puede expedir su producción a sus clientes. Este colapso llevó a que la compañía paralizase la semana pasada una de sus líneas de acabado de pasta de papel y que la segunda se encuentre actualmente con la producción «limitada». Por ahora, la empresa no ha puesto en marcha ninguna medida de índole laboral para hacer frente a la situación y trata de gestionar su 'stock' de madera para mantener la producción, aunque sea en niveles mucho más bajos de los habituales.
También el sector de la madera y el mueble manifestó ayer su preocupación por la situación. La patronal nacional, en la que se integra la entidad asturiana Asmadera, expone la dura situación a la que se enfrentan por la falta de suministros, que está obligando ya a «realizar paros parciales en las cadenas de producción». El sector del aluminio en España, que produce cerca del 20% del que se consume en el país, alerta de que el que llega por barco no puede salir de los puertos por la falta de transporte. «Si la situación no se resuelve, en unos días empezará a faltar aluminio en las fábricas y habrá que ir parando». Confemetal, la patronal nacional del metal, también advierte del «grave riesgo» para la «actividad y el empleo» que está suponiendo el paro del transporte por carretera al «romper» las cadenas de suministro.
En el sector lácteo, las empresas asentadas en Asturias trabajan con previsiones muy cortas. En la jornada de ayer, todas las plantas de las diferentes compañías estaban trabajando, pero lo que se transmite es un mensaje de incertidumbre ante el devenir de los acontecimientos y la situación «límite» a la que muchas se enfrentan, con falta de materias primas y los almacenes llenos de productos a los que no pueden dar salida.
A medida que van pasando los días, las circunstancias de las empresas se hacen más complejas. El corazón industrial de la región, ArcelorMittal, se ha visto obligada a adelantar y alargar la parada de la división de alambrón por la imposibilidad de dar salida a toda la producción que han ido acumulando. La multinacional también decidió parar la línea de laminación en frío y hojalata por los problemas de suministros. A todo ello se une la parada de la acería de Gijón y del tren de carril, ya decidida antes de las protestas del transporte y motivadas por los altos costes de la energía.
La falta de transportes también ha obligado a parar la actividad en las centrales térmicas de La Pereda y Soto de Ribera. La primera, propiedad de Hunosa, adolece falta de caliza, uno de los elementos que necesita para su producción. En el caso de la segunda, de EdP, el problema es el abastecimiento de carbón. La empresa energética ha parado el grupo 3 -mantiene los dos ciclos combinados- y reservará la materia prima para cualquier eventualidad que surja en la planta de Aboño, abastecida por ferrocarril a través de El Musel. La fábrica de El Gaitero también ha parado por falta de botellas y Trefilerías Moreda ha acordado un ERTE para 206 de sus 243 empleados.
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