El metal asturiano da las primeras muestras de «agotamiento» tras recuperar 2.900 empleos

«La primera señal (de la desaceleración) nos la ofrece la crisis de la cadena de suministro en el sector de la automoción», apunta Femetal, que subraya que el segundo indicio «lo muestra que las empresas, debido al incremento de los costes internos, tienen más dificultades para recuperar los niveles de rentabilidad, de solvencia financiera y de productividad».

Los datos del tercer trimestre, sin embargo, son positivos. En conjunto, la producción industrial del metal se elevó un 26,15% en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, tras las subidas del 3,03% del primero y del 49,20% del segundo -comparado justo con los meses del confinamiento-, lo que implica un crecimiento medio del 24,19% en los primeros nueve meses de 2021. Esta evolución influye en el empleo, aunque no en igual proporción. Entre julio y septiembre, la cifra de ocupados del sector se disparó hasta 31.600 personas, 2.900 más que el trimestre precedente (+10,10%) y 7.600 más que un año antes (+31,67%). Se logran así cifras mejores que antes de la pandemia, ya que precisamente 2019 no fue un buen año para el sector, que cerró el ejercicio con apenas 23.500 ocupados.

Además, el metal asturiano muestra su músculo internacional. En los primeros nueve meses del año las compañías de la región vendieron al extranjero 2.630,87 millones de euros, prácticamente el 70% del importe total de las exportaciones de la comunidad, lo que supone un aumento interanual del 40,78%. Por ramas, la más exportadora es la catalogada como fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones, impulsada por el buen momento de Arcelor, con una cifra que supera los 846 millones de euros; seguida por la producción de plomo, cinc y estaño, con 833 millones en exportaciones, en este caso con Asturiana de Zinc como máximo exponente.

Los empresarios del sector llevan desde el verano alertando de los efectos que está teniendo en su negocio la coyuntura internacional, con los precios de los productos energéticos disparados, pero también de las materias primas, con problemas de suministros y enormes tensiones logísticas que complican tanto las compras a proveedores como las ventas.