«Es mejor tener una oferta que ninguna», argumenta el consejero de Industria

«La oferta de Quantum nos parecía más atractiva para el futuro de la planta de Avilés», indicó Pola. Por eso trataron de convencer a la empresa, pero ni el Gobierno central ni las autonomías ni los trabajadores tienen herramientas para influir en la decisión de Alcoa. Pidieron más explicaciones, pero no las hubo. «Queríamos tener más información para poder comparar las ofertas y dar argumentos para la decisión final, pero no sé nos dio», indicó el consejero. Por lo tanto, la conclusión a la que llegaron es clara: «Mejor tener una oferta, que ninguna». O dicho de otra forma, mejor apoyar la compra de Parter que ver como Alcoa ejecuta el plan social.

Pola recordó, no en vano, que la propuesta del fondo suizo está condicionada a que el Gobierno central saque adelante el estatuto para las electrointensivas y abarate los costes energéticos hasta unos 40 euros por megavatio y hora. «Confiamos en que está condición se dé a la mayor brevedad posible por el bien del empleo y de la actividad en las plantas», apuntó el consejero.

A pesar de que el Principado se mostró a favor de la propuesta de Quantum, los sindicatos y Podemos consideran que no hizo todo lo que estaba en su mano durante el proceso de negociación con Alcoa. «El Gobierno de Asturias se ha implicado lo justito por no decir poco», lamentó Juajo Estrada (USO). «Su participación en el proceso ha dejado mucho que desear», añadió.

A las críticas de Estrada se sumó también Damián Manzano (CC OO), quien criticó la justificación que dio el jueves Manuel Monterrey, director general de Industria, cuando aseguró que el Ejecutivo regional apoyaría la venta de las plantas a Parter por «lealtad institucional». A su juicio, «la lealtad del Principado se debe a los asturianos y no al color de un partido político».

Los representantes sindicales no fueron los únicos que criticaron ayer el papel del Gobierno regional en la resolución de la crisis de Alcoa. Lorena Gil, portavoz de Podemos, aseguró que «el Principado se ha plegado a los intereses de Alcoa en lugar de defender los de los trabajadores, porque eso habría exigido llevar a cabo las negociaciones al más alto nivel y ejercer un liderazgo que no se ha producido».