La 'Marcha del Aluminio', del entusiasmo al pesimismo en 40 kilómetros de recorrido

El principio se lleva bien. Hace menos calor y, fundamentalmente, las informaciones que reciben desde Italia -donde el comité de empresa visita instalaciones de Quantum- les hacen ser optimistas. Después, y desde las radios de los furgones, escuchan al consejero de Empleo, Industria y Turismo decir que nada está cerrado. Y ya, para terminar de subir el ánimo, muchos telefonazos de gente que quiere acudir a las últimas etapas y montarse en los autocares que partirán el lunes a Madrid para acudir a la manifestación.

Y con el sol en lo más alto. El mazazo. No fue un golpe de calor. Fue un puñetazo en la moral de la marcha: empiezan a sonar todos los teléfonos. El Whatsapp echa humo: Alcoa anuncia un preacuerdo con Parter. Aún sin reponerse, otro comunicado: el Gobierno valora positivamente la operación. Miradas y silencios. Cabreos. Y una pregunta: «¿Cuánto queda?». La respuesta: «9 kilómetros», como síntoma de que desean que esto acabe cuanto antes, quieren llegar al hotel, reunirse, comentarlo, hacer piña reposando tanta información.

En la llegada, que se hace más eterna que nunca, está el alcalde de Mota del Marqués, Gerardo Hernández, compañeros de CC OO de la provincia, y el diputado de la Junta General del Principado por IU Ovidio Zapico. Cuando planificó la visita, probablemente no imaginaba que tendría que asumir el rol de animador a una moral tocada. «Es una burla, tienen que escuchar a la plantilla y reincorporar la oferta de la empresa alemana y un plan industrial que garantice la actividad», dice.

Pero la Marcha no para. Y hoy se acercará un poco más a Madrid. Hará el recorrido entre Tordesillas y Medina del Campo, uno de los tramos más cortos que está previsto que concluya a las 14 horas.