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Salen los primeros rayos de sol en Villalpando y casi la única certidumbre, si es que eso es posible, es que hará mucho calor y que la jornada será larga. Larga o larguísima porque se va improvisando sobre la marcha el trazado. La documentación ... y los permisos están en regla pero, superado el cartel que anuncia la entrada en la provincia de Valladolid, la escolta de la Guardia Civil, hasta ahora presente en todo momento, pasa a ser puntual, únicamente en cada parada de avituallamiento.
En ellas, y aplicaciones de mapas en mano, orientan a los trabajadores de Alcoa, sobre cómo seguir la ruta. Rodeo aquí y vuelta allá. Parajes por los que uno nunca hubiera imaginado que pasaría en uno de esos viajes recurrentes entre Asturias y Madrid. Una visión muy distinta a la de la autovía. Todo este periplo se traduce en 5 kilómetros más que, a los ya 34 previsto para la etapa, no están a la altura de todos.
En un lugar de.. Castilla, de cuyo nombre es (casi) imposible... saber #MarchaDelAluminio #AlcoaNoSeCierra https://t.co/RjRs0jPTiG pic.twitter.com/FNazdL74kv
— Eduardo Paneque (@edupaneque) 18 de junio de 2019
El principio se lleva bien. Hace menos calor y, fundamentalmente, las informaciones que reciben desde Italia –donde el comité de empresa visita instalaciones de Quantum- les hacen ser optimistas. Después, y desde las radios de los furgones, escuchan al consejero de Industria decir que nada está cerrado. Y ya, para terminar de subir el ánimo, muchos telefonazos de gente que quiere acudir a las últimas etapas y montarse en los autocares que partirán el lunes de Madrid para acudir a la manifestación.
Y con el sol en lo más alto. El mazazo. No fue un golpe de calor. Fue un puñetazo en la moral de la marcha: empiezan a sonar todos los teléfonos. El Whatsapp echa humo: Alcoa anuncia un preacuerdo con Parter. Aún sin reponer, otro comunicado: el Gobierno valora positivamente la operación. Miradas y silencios. Cabreos. Y una pregunta: «¿cuánto queda?», «9 kilómetros» como síntoma de que desean que esto acabe cuanto antes, quieren llegar al hotel, reunirse, comentarlo, hacer piña reposando tanta información.
En la llegada, que se hace más eterna que nunca, está el alcalde, compañeros de CC OO de la provincia, y el diputado asturiano por IU, Ovidio Zapico. Cuando planificó la visita, probablemente no imaginaba que tendría que asumir el rol de animador a una moral tocada. «Es una burla, tienen que escuchar a la plantilla y reincorporar la oferta de la empresa alemana y un plan industrial que garantice la actividad», dice.
El diputado de IU, Ovidio Zapico, ha acudido a la llegada de la #MarchaDelAluminio a Mota del Marqués #AlcoaNoSeCierra pic.twitter.com/PAM5AoAAH9
— Eduardo Paneque (@edupaneque) 18 de junio de 2019
Pero la Marcha del Aluminio no para. Y mañana se acercará un poco más a Madrid, hará la distancia entre Tordesillas y Medina del Campo, uno de los tramos más cortos que está previsto que concluya a las 14 horas.
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