Gijón es tradicionalmente la sede de la manifestación de los sindicatos minoritarios por el Primero de Mayo. CSI, CGT, CNT e Intersindical Asturiana –en la que se integran el Sindicato Ferroviario (SF), el Colectivo de Trabajadores (CT), la Izquierda Sindical Asturiana (ISA) y Suatea– ... se volvieron a dar cita en el municipio. Pero en esta ocasión, su convocatoria coincidió también con la confederal de USO, que eligió la localidad para organizar su acto central a nivel nacional por el Día de los Trabajadores. El tercer sindicato del país hizo hincapié en que Asturias y el resto del país necesitan crear empleo «sin letra pequeña» para que los trabajadores puedan tener unas condiciones de vida dignas. Pero en el caso del Principado, además, es esencial para «frenar la sangría demográfica», recalcó USO en un acto que congregó a más de 2.000 personas procedentes de esta y otras ocho comunidades, según la organización, que recorrieron el centro de la ciudad para reclamar «un trabajo digno, con mayúsculas, y no el nuevo empleo que se está creando y que, aunque maquille estadísticas y mejora los números, está impregnado de precariedad», apuntó el secretario general de USO, Joaquín Pérez.
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En Gijón y en el resto de Asturias, indicó, se conocen de sobra las reconversiones, «pero no las alternativas», como evidencia la pérdida de empleo industrial, que ya «supone menos del 15%». «La letra pequeña del empleo de hoy es demasiado grande ya para negarla: los contratos indefinidos han perdido su valor», ya que se firman casi 30 contratos al año para conseguir un afiliado neto a la Seguridad Social y los contratos duran de media mes y medio. Por su parte, el coordinador de USO-Asturias, Miguel Rivero, incidió en que la región «lleva años teniendo la tasa de actividad más baja del Estado, y se deben dar soluciones ya» para rejuvenecer la población.
En el caso de la convocatoria de los sindicatos minoritarios, la mezcla de reivindicaciones y colectivos es habitual y, en esta ocasión volvió a ser así. Encabezada por una pancarta con el lema de la marcha de este año, 'Llucha polos derechos llaborales y sociales', otras reclamaban más y mejores servicios públicos, sobre todo en sanidad y educación; el reconocimiento de las enfermedades profesionales y la reducción de la edad de jubilación en el servicio de atención a domicilio o el fin de la precariedad laboral.
También hubo recordatorios para casos concretos, como la situación de Modultec y los 35 millones de euros aportados por la SEPI a Imasa; la reclamación de un «convenio digno ya» para Mecalux o el rechazo al cierre de Sekurit. Trabajadores con el chaleco amarillo de la empresa portaron una pancarta reivindicando 'Futuru industrial para cristalería. Non al pieslle de Sekurit'.
Pero esta marcha también incluye numerosas reivindicaciones ajenas al mercado laboral. La Plataforma contra la Contaminación llevó su exigencia de una industria limpia a la calle. También abundaron las banderas de Palestina. Pancartas como 'Asturies contra les guerres', 'La clase obrera nun vamos a la guerra' o 'Palestina insumisa', recordaron la situación que se vive en Gaza, mientras algunos cánticos reclamaron sanciones contra Israel. Además, hubo espacio para la exigencia de la igualdad, la defensa del feminismo y el colectivo transexual también estuvo representado con su propia pancarta. Representantes de Podemos participaron en la manifestación.
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