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El futuro de la industria asturiana, inmersa en el proceso de transición ecológica preocupa a los agentes sociales. De ahí que apunten a la protección de este sector esencial para la economía asturiana como una de las principales prioridades para el año que ... comienza mañana. La presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), María Calvo, señala que la patronal trabajará para garantizar que la industria, «pilar fundamental de nuestra economía, reciba el apoyo decidido que necesita con urgencia para avanzar en su transición y mantener su competitividad frente a otros territorios».
Por su parte, el secretario general de CC OO de Asturias, José Manuel Zapico, considera imprescindible que en este nuevo año se pongan «las bases de una industria moderna y sostenible, que no deslocalice y no se pliegue a los chantajes de multinacionales. Y garantizando el carácter integral de la siderurgia». «Debe ser un año en que se consoliden los avances, con una industria moderna y sostenible como corazón económico regional, eso sí, sin ceder a chantajes de multinacionales», añade.
Mientras que su homólogo en UGT Asturias, Javier Fernández Lanero, reclama a los gobiernos de Asturias y España «un impulso político que pasa por reunirse lo antes posible con la familia Mittal –accionista mayoritaria en Arcelor– para que la acería eléctrica de Avilés sea una realidad». Con dos instalaciones de este tipo –ya se está construyendo una en Gijón– «sería muy difícil que la planta de reducción directa de mineral de hierro (DRI) no acabara estando en Asturias».
Para lograr atraer esas inversiones, Lanero subraya la importancia de aumentar la capacidad de la red eléctrica. Y, mirando a Europa, reclama una hoja de ruta para defender la industria nacional «con una estrategia energética con precios competitivos para evitar deslocalizaciones».
No solo la situación de la industria es motivo de inquietud para la patronal y los sindicatos mayoritarios, que establecen diferentes prioridades. En el caso de Fade, pone el foco en que la comunidad necesita ofrecer a sus empresas «un entorno más competitivo, con estabilidad normativa, simplificación administrativa y una fiscalidad que atraiga inversión». El nuevo ejercicio no solo plantea retos, sino que también ofrece oportunidades: «Consolidar un turismo de calidad, aprovechar los fondos europeos para revitalizar nuestra industria y avanzar en infraestructuras estratégicas», apunta Calvo. Asimismo, la patronal asturiana apuesta por impulsar la formación profesional y la FP Dual como «claves para cubrir la creciente demanda de talento cualificado y reforzar la posición de Asturias en un entorno cada vez más exigente».
Mientras que Zapico insta a seguir a conseguir un «mejor empleo, derechos, igualdad y justicia social» como «único camino» para solventar el reto demográfico. Además, considera fundamental que el próximo año no se repita la oleada de accidentes laborales graves y mortales ocurrida en 2024. Para ello, «resulta imprescindible el cumplimiento de la ley, no mirar para otro lado y la asunción de responsabilidades: la prevención y la seguridad tienen que ser un elemento de primer orden», recalca. También reclama potenciar la red de cercanías ferroviarias «que vertebre la región» y asegurar el acceso a la vivienda asequible, así como ahondar en las políticas sociales.
«Y, por su puesto, 2025 tiene que ser un año de solidaridad internacional, de la paz, porque desde Asturies no podemos mirar para otro lado en masacres como la que está padeciendo el pueblo palestino», manifiesta el secretario general de CC OO de Asturias. Para ello, señala la necesidad de «reforzar la cooperación, ayudando para ser globalmente una sociedad más justa y mejor».
Por su parte, el secretario general de UGT Asturias también hace hincapié en la salud laboral y señala la necesidad de modificar la Ley de Prevención de Riesgos, ampliar el cuadro de enfermedades profesionales y «reducir el abuso que se hace de los servicios ajenos» que se encargan de estas tareas en las empresas.
Por otro lado, Lanero pide al Gobierno central que fomente la coordinación entre las comunidades para que «las catástrofes naturales vinculadas al cambio climático tan graves que hemos sufrido este otoño no vuelvan a ocurrir». Al Parlamento nacional le requiere «acabar con el ruido» y buscar acuerdos para mejorar la vida de los trabajadores. En este sentido, considera «irrenunciable» reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales y seguir subiendo los salarios.
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