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MIRIAM SUÁREZ
GIJÓN.
Miércoles, 12 de octubre 2022, 01:03
«La situación está fastidiada, no nos vamos a engañar». Es el resumen que ayer extraían los sindicatos de las tres horas de reunión que mantuvieron con representantes de Duro Felguera para conocer las razones del expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 208 personas en Asturias ... y 40 en el extranjero. Y es también el único punto que comparten trabajadores y empresa ante el despido colectivo que se ha puesto en marcha.
De explicar la situación financiera de la compañía se encargaron dos profesionales de la consultora que ha elaborado el informe justificativo del despido. Según la documentación desglosada en la reunión de ayer, la facturación de Duro Felguera ha caído un 80% desde 2013 y, aunque las perspectivas de futuro parecen más halagüeñas, es necesario aligerar costes y ajustar la plantilla hasta que la compañía se sobreponga a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania y alcance un nivel óptimo de negocio.
Los sindicatos admitían ayer que «la situación de la empresa, efectivamente, es delicada», pero se reafirman en que el ajuste de plantilla propuesto por Duro Felguera «nos parece desproporcionado» y, de hecho, mantienen la movilización convocada para el 18 de octubre en la plaza Mayor de Gijón. «No entendemos que salgan con este ERE ahora que la empresa está levantando cabeza», reprueban fuentes sindicales en alusión a los beneficios obtenidos en el primer semestre del año y a la llegada «próximamente» -según anunció la propia compañía- de nuevos socios inversores con solvencia financiera y capacidad de contratación. «Van a descapitalizar la empresa», subrayan.
La de ayer era la primera reunión que los representantes de Duro Felguera mantenían con los sindicatos desde que se constituyó la mesa negociadora. Ambas partes celebrarán un nuevo encuentro el próximo lunes. Los portavoces de la plantilla han solicitado más información a los responsables de recursos humanos y asesores de la compañía. Antes de sentarse a negociar, quieren saber, por ejemplo, «cómo piensan decidir a quién despiden y a quién no, porque suponemos que no lo harán a dedo, ¿no?». También «cómo quedará el organigrama de la empresa» y «hacia dónde se quiere llegar» con este despido colectivo.
En la documentación que Duro Felguera les ha entregado ya, y que ayer analizaron conjuntamente, se informa de que la regulación de empleo se aplicará por fases, hasta 2024. Es decir, no se despedirá a los 248 trabajadores afectados de una tacada. Los sindicatos entienden este planteamiento como «una carta en blanco para que la empresa pueda ir echando a la gente como le convenga y cuando lo considere».
De momento, los despidos no tienen nombre y apellidos, pero Duro Felguera sí ha decidido ya cuánto recortará cada categoría profesional. La relación de puestos de trabajo sometidos a regulación, a la que ha tenido acceso este periódico, incluye a 7 directivos, uno de ellos de alta dirección; 25 mandos intermedios; 111 técnicos, la categoría más afectada por este ERE; 22 profesionales en posiciones de apoyo; y 43 operarios.
Todos ellos pertenecientes a Duro Felguera S. A, DF Operaciones y Montajes, Mompresa y Felguera IHI, las cuatro sociedades a las que se circunscribe el ERE, que suman un total de 607 contratos. Se prescindirá, según esa documentación, de 1 alto ejecutivo, de los 10 existentes; de 6 directivos de 27; de una cuarta parte de los mandos intermedios; del 28% de los mandos intermedios; de la mitad de los técnicos; de uno de cada cuatro operarios; y de una quinta parte de los trabajadores que se dedican a labores de apoyo.
«En la situación actual, el ajuste de plantilla es nuestra tabla de salvación», sostienen fuentes de Duro Felguera, que consideran «inviable» la estructura de la compañía por razones «objetivas» de carácter organizativo, productivo y económico. «Nuestra apuesta es seguir incorporando carga de trabajo que contribuya a apuntalar su marca y reconocimiento dentro del mercado», se compromete la empresa, que se considera estratégica dentro del tejido industrial asturiano, de ahí que los Gobiernos central y autonómico le concediesen una ayuda pública de 126 millones hace apenas año y medio.
Esa inyección económica trae de cabeza a los trabajadores, que no entienden «qué se hizo con ese dinero» y piden explicaciones. «No se está sabiendo gestionar esta empresa», lamentan los sindicatos, que piden «un sacrificio por parte de quienes ocupan la cúspide de la pirámide igual que el que piden a las bases». En parte, si se van a movilizar en la calle «es para poner colorados a unos cuantos, que se han subido el sueldo en las circunstancias actuales». Mientras, desde la empresa se llama al diálogo como «solución de futuro».
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