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L. C. / N. A. E.
Viernes, 21 de junio 2019, 03:48
Su proyecto prevé arrancar las cubas de electrólisis, aunque lo condiciona a cuestiones técnicas y al precio de la electricidad en 2020
Parter prevé asumir las factorías de Alcoa de Avilés y La Coruña con unas pérdidas anuales que rondarían los 30 millones de euros ... y unas ventas de 94 millones, que piensa duplicar en 2022. Según el plan presentado a la parte social, al que ha tenido acceso este periódico, estima que para entonces su facturación será de casi 180 millones. Sin embargo, ni ese aumento permitiría a las instalaciones ser rentables. Su plan de negocio habla de pérdidas que se reducirían a seis millones en 2021 y a apenas 70.000 euros al año siguiente, el último del que ofrece cifras, pero en ningún caso se entraría en beneficios.
No obstante, Parter destaca en este documento en inglés su experiencia como inversor industrial, incluso en el sector del aluminio, y su apuesta siempre a «largo plazo» por los proyectos que elige. Para incrementar la cifra de negocio subraya que contratará un nuevo equipo de ventas en España. La idea es penetrar en nichos de mercado «tradicionales y no tradicionales» y apostar por hacer negocio tanto fuera como dentro del país. Para reducir los costes buscará sinergias. De hecho, plantea unir en una sola empresa la planta de La Coruña y la de Avilés, que ahora son dos compañías diferentes aunque integradas en el grupo Alcoa. El objetivo es simplificar las funciones. Además, garantiza mantener la cifra de trabajadores, al menos, 24 meses.
Resultados Prevé duplicar las ventas en 2022 y reducir las pérdidas hasta cerca de 70.000 euros.
Empleo Garantiza el mantenimiento de la misma cifra de trabajadores, al menos, 24 meses.
Negocio Diversificar la producción hacia productos de alto valor añadido para el sector de la automoción y el aeronáutico.
Instalaciones Producir aluminio refundido y recuperar la electrólisis en 2020 si el precio de la energía es competitivo.
Sinergias Quiere hacerse con las dos plantas e integrarlas en una sola empresa para simplificar funciones comunes.
El proyecto de este fondo suizo para las factorías pasa por diversificar la producción hacia los sectores automotriz y aeronáutico, en los que tienen una «fuerte oportunidad de crecimiento» tanto en el mercado español como en el internacional, un aspecto que repite en varias ocasiones en el documento. Y apostar, además, por ofrecer soluciones a través de productos de alto valor añadido. Su objetivo es introducir un mayor catálogo de aleaciones y especialidades. Para ello mantendrá la producción de aluminio secundario -producido de chatarra- en 2019 y 2020 y, además, pretende arrancar las cubas de electrólisis de forma secuencial, aunque este aspecto lo condiciona a cuestiones técnicas y al precio de la electricidad acordado por el «Gobierno de Madrid en 2020». También plantea crecer en el llamado 'aluminio verde', procedente del reciclaje, del que dice que hay una gran demanda para distintos productos. Y considera una ventaja la necesidad de nuevas soluciones en el caso del aluminio primario. En este aspecto destaca el rápido desarrollo que espera para su nuevo equipo de ventas en relación a la demanda del mercado interior español. En el caso de la factoría gallega también habla de desarrollar la producción de la torre de pasta hacia la industria férrea y no férrea.
Entre las fortalezas que percibe en las dos plantas se encuentra que la dilatada experiencia en el sector del aluminio primario de Alcoa, que ofrece productos de alta calidad y adaptados a los criterios medioambientales, con un equipo altamente cualificado, una experiencia de desarrollo de renombre, instalaciones de producción renovadas, una fuerte reputación entre los clientes y, también, con la certificación que exige la industria del automóvil.
Sin embargo, también advierte de debilidades y de retos que afrontar. Entre las primeras cita el recorte de su producción y la fluctuación en el volumen de ventas; su deteriorado ebitda (beneficio antes de amortizaciones, intereses e impuestos); su elevado coste de los bienes vendidos (COGS, en sus siglas en inglés), del que culpa a la energía y la alúmina; pérdidas en algunos productos e ineficiencia en las dos factorías.
En el caso de los retos, destaca la necesidad de convertirse en actores estables en los mercados de la automoción y de la aviación, la oportunidad de convertirse en un nuevo actor en el mercado español en esta materia, la sobrecapacidad de la fabricación del aluminio primario en China, la necesidad de reducir los precios con la mayoría de clientes claves y el tiempo limitado para realizar todos los cambios debido a la cascada de pérdidas que sufren las plantas.
El grupo alemán quiere incrementar la producción de la factoría avilesina hasta las 190.000 toneladas y estima entrar en beneficios en dos años
La oferta de Quantum, rechazada de nuevo ayer por Alcoa y por el Ministerio de Industria, contempla una inversión de capital (Capex) de 15,9 millones de euros hasta 2022 en la planta avilesina para modernizar las instalaciones y asegurar su mantenimiento. Así lo detalla el grupo alemán en el plan industrial presentado en la puja por las factorías alumineras y al que ha tenido acceso este diario. Prácticamente la mitad de estas inversiones se ejecutarían en los dos primeros años para renovar los hornos e infraestructuras de la fundición de la planta de Avilés e implementar «equipos de transformación inteligentes y rápidos que permitieran comenzar la producción en el menor tiempo posible», según explica Quantum.
De hecho, el objetivo es «realizar pedidos e iniciar el trabajo de infraestructura dentro del primer mes» tras la compra de la factoría. La renovación de los hornos y de las instalaciones llegaría entre los 6 y los 9 meses siguientes y, a partir de ahí, iría paulatinamente incrementando la capacidad productiva de la planta.
Inversiones El grupo alemán se compromete a invertir 15,9 millones de euros en la factoría avilesina, la mitad de ellos en los dos primeros años, para modernizar la fundición y ampliar la producción.
Beneficios Estima que a partir de 2021 el ebitda será positivo y mejorará de forma gradual.
Producción Elevará la producción de la factoría asturiana hasta las 190.000 toneladas anuales, lo que supone unos 360 millones de facturación anual.
Empleo Garantiza el mantenimiento del pleno empleo durante al menos dos años y se compromete a formar a la plantilla para adaptarse a la nueva producción.
Seguiría, por tanto, produciendo tochos de aluminio, pero no arrancaría, en cambio, las series de electrólisis -donde se produce el aluminio primario a través de la alúmina- pues considera que la tecnología con la que cuentan «no será competitiva en el futuro». De esta manera, la planta avilesina no dependería más de las compensaciones económicas por parte del Gobierno para abaratar los costes energéticos. Es más, hay «una alta incertidumbre de que se pueda llegar a una decisión política sobre los precios de la electricidad y no hay futuro para los procesos productivos que consuman mucha energía», sentencia Quantum.
Su plan, por tanto, pasa por convertir la factoría de San Balandrán en «el primer complejo industrial de reciclaje de aluminio» en la Unión Europea y para ello elevaría a 190.000 toneladas la producción anual. Estima que la facturación en la primera fase alcanzaría los 360 millones de euros y señala que parte con la ventaja de que la mitad de las ventas estarían aseguradas por las empresas alumineras que forman parte de Quantum -Leichtmetall, Slim y Aviatube-. Asimismo, el grupo alemán «aprovecharía al máximo» las instalaciones portuarias que Alcoa tiene en Avilés para incorporar la planta a una cadena de importación y suministro de chatarra con terceros países.
Prevé que durante los primeros años los márgenes gananciales se reduzcan por el aumento de la producción y las inversiones iniciales, pero estima que a partir de 2021 el ebitda -beneficio antes de amortizaciones, intereses e impuestos- será positivo y «mejorará gradualmente debido a una mejor eficiencia de los costes fijos y a los mayores márgenes de ganancia bruta».
En el caso de la factoría gallega, Quantum trataría de impulsar también la fundición llegando a producir hasta 90.000 toneladas anuales y reforzaría también el negocio de pastas industriales. Además, trataría de ampliar el potencial de la planta de La Coruña con la creación de un parque industrial relacionado con el aluminio y también con el magnesio, un material con el que ya tienen experiencia, pues en octubre del año pasado inauguraron la primera planta en las instalaciones de Vauste, la antigua Tenneco, aunque esta se encuentra en un expediente de regulación de empleo.
Con ambos proyectos el grupo alemán se compromete a mantener el 100% de las plantillas durante, al menos, dos años e, incluso, sufragaría su formación para que pudieran desempeñar «las nuevas tareas».
El plan industrial y financiero de Quantum cuenta además con el respaldo de una consultora externa, Ernst & Young Servicios Corporativos, que defiende que «el comprador cuenta con una experiencia muy relevante en el sector del aluminio, así como acceso a los principales consumidores de este material en el mercado europeo». Esta firma, que tiene una sede en Madrid, considera, asimismo, que «las inversiones que prevé realizar permitirán a la compañía ampliar su base actual de clientes».
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