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Una de cal y otra de arena. Las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) dejan un sabor agridulce en Asturias. Por un lado, entre abril y junio bajó el paro. Y lo ha ... hecho hasta los 49.000 desempleados. Son 3.600 menos que en el trimestre anterior (-6,93%), un 20,2% menos que hace un año y «la mejor estimación en catorce años para el segundo trimestre, ya que desde 2008 no se alcanzaba un número tan bajo», destacó el Principado. Pero por otro lado, los 382.000 ocupados que había al finalizar junio eran 5.200 menos que tres meses antes, una situación «preocupante» para los empresarios asturianos que los sindicatos atribuyen, no a la mejora del mercado de trabajo, sino a la pérdida de población activa.
La menor tasa de paro regional (de un 11,97% ha bajado al 11,36%) se ajusta a la tendencia nacional, ya que el número de desempleados se ha reducido en 255.300 personas entre abril y junio (-17,2%), el mayor descenso para un segundo trimestre desde 2018, dejando la cifra total de parados por debajo de los tres millones (2.919.400) por primera vez desde 2008 y situando la tasa de paro en el 12,48%, el nivel más bajo en los últimos catorce años.
Pero la tendencia de la ocupación en Asturias no se corresponde con la que sigue el conjunto del país, ya que se crearon 383.300 puestos de trabajo (un 1,91% más respecto al trimestre anterior). Es una cifra inferior a la del año pasado (464.900 puestos), pero ha elevado el número de ocupados en España a 20,47 millones, la cifra más alta desde 2008 y cercana al máximo histórico de 2007, cuando se superaron los 20,7 millones de trabajadores. Es más. Asturias es, junto a País Vasco y la ciudad de Melilla, la única comunidad en la que ha caído la ocupación respecto al primer trimestre del año (-1,34%) y se queda sola en el descenso -junto a Melilla- si la comparación se hace respecto al segundo trimestre de 2021 (-1,69%).
Las dos caras del mercado laboral asturiano que revela la EPA del segundo trimestre permite lecturas dispares. Si desde el Principado se celebra que los datos «confirman la prolongada disminución del desempleo en Asturias, ya anticipada por los datos de paro registrado», desde la Federación Asturiana de Empresarios (Fade) ponen el acento en que las cifras «no reflejan una evolución positiva en el mercado laboral asturiano».
La patronal señala que «el descenso del paro no se ve compensado con un aumento de la actividad económica ni de la ocupación, lo que ahonda en el problema de la alta inactividad de la región». Apunta, además, que la pérdida de empleo se ha dado en todo los sectores, a excepción de la industria y con especial incidencia en la construcción, y que «el descenso de ocupación se ha dado íntegramente en los trabajadores con jornada a tiempo completo, con un retroceso de 13.300 ocupados respecto al primer trimestre».
A partir de este análisis, la organización patronal, que reivindica el aumento de la contratación indefinida en el sector privado, concluye: «Las altas incertidumbres aún existentes, unidas a la negativa evolución del mercado laboral, hacen imprescindible la toma de medidas orientadas a fomentar la actividad económica y empresarial».
Desde CC OO de Asturias también expresan preocupación por la situación del mercado laboral de la región. La caída del paro, sostiene el sindicato, se debe a la pérdida de población y el menor número de empleos -aunque más estables, por efecto de la reforma laboral que entró en vigor en el mes de abril- en un contexto inflacionista está «lastrando el consumo de los hogares y, en consecuencia, repercutiendo negativamente sobre la actividad económica».
Por esto, desde USO subrayan que «ahora toca subir los salarios, las nóminas de las personas trabajadoras, porque venimos de una crónica pérdida de poder adquisitivo y vienen meses difíciles que hace más complicado llegar a fin de mes».
Al tiempo, UGT de Asturias, que advierte de la «cronificación del paro en cierto colectivos y fuertes diferencias de género», urge «la puesta en marcha de políticas activas de empleo eficaces que mejoren la inserción laboral», así como «reforzar la protección social para aquellos desempleados que van agotando sus prestaciones».
Esta EPA es la primera que se publica tras la plena entrada en vigor de la reforma laboral en España, que ha dado mayor estabilidad a los contratos. De hecho, el número de trabajadores con un contrato indefinido se disparó en el segundo trimestre hasta los 13,5 millones, la cifra más elevada de la serie histórica, tras sumar más de 600.000 asalariados fijos, una cifra equivalente a los contratos fijos discontinuos firmados entre abril y junio. Respecto a este tipo de contratos, hay que tener en cuenta que en sus periodos de inactividad, se consideran ocupados y no computan como parados, por lo que distorsionan las comparaciones con situaciones previas a la crisis.
Asimismo, no todos los nuevos contratos indefinidos firmados en este periodo se mantendrán tras el verano, dada su naturaleza estacional, pero la tasa de temporalidad en España ha caído hasta el 22,3%, el nivel más bajo en casi una década y muy cerca del mínimo alcanzado en el primer trimestre de 2013.
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