Asturias perdió 5.728 autónomos en los últimos nueve años

Según el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), Asturias cerró julio con 74.571 autónomos, frente a los 80.299 de 2009. Esta organización toma como referencia 2009 y no 2008, justo diez años antes, debido a que en 2009 cambió la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), por lo que la comparación con años anteriores, según la Seguridad Social, no es exacta.

Sea como fuere, el desplome en Asturias de los autónomos es más que evidente. Solo en 2017, la caída fue de 1.100, la mayor de todo el país. Dio igual que la crisis impulsara el autoempleo como recurso de trabajadores que se quedaron en paro o las medidas de apoyo del Gobierno nacional, a las que se añadieron otras del Principado, para impulsar el emprendimiento, el trabajo por cuenta propia no solo no despega en la región, sino que se reduce.

Según el Observatorio de Trabajo Autónomo de ATA en colaboración con el Banco Sabadell, gran parte del descenso de 2017 se debió a la falta de relevo en la agricultura -uno de cada tres autónomos que fueron baja en el pasado ejercicio pertenecían a este sector-, pero también influye el mal comportamiento del comercio o el tirón de la industria, que al incorporar personal hace que trabajadores por cuenta propia prefieran volver a serlo por cuenta ajena.

Según el informe presentado ayer, ATA insta a comunidades en la que los autónomos no están consolidando nuevos negocios a «darse prisa y aprovechar las medidas puestas en marcha a nivel nacional y complementarlas con otras propuestas que favorezcan el relevo generacional y la innovación en sectores más tradicionales».

Precisamente, este informe subraya que los autónomos han sabido captar el cambio de tendencias en los hábitos de consumo propiciado por la crisis y la revolución digital y han logrado reinventarse. De hecho, el crecimiento en España en la cifra de trabajadores por cuenta propia se debió en parte gracias a esos nuevos nichos de negocio y al impulso experimentado en sectores en los que este colectivo no estaba tan implantado, que compensó la ralentización e incluso caída en otros considerados más tradicionales, así como más mujeres emprendedoras.

En este sentido, el número de trabajadores por cuenta propia que se dedican a las actividades inmobiliarias ha registrado un incremento del 52% en los últimos ocho años, el mayor alza de todos, seguido de cerca por las actividades sanitarias (+50,7%) y la educación (+49,2%). Destaca también la subida de los que apuestan por la comunicación (39,2%), así como los profesionales, científicos y técnicos (38,8%).

Por el contrario, cabe resaltar la fuerte caída de emprendedores en el segundo sector que más emprendedores engloba: la construcción, en donde su número bajó un 21,6% en España. De igual manera, agricultura, industria y transportes son otras actividades que han perdido entre un 5% y un 10%.

Además de un autónomo más orientado hacia nuevas actividades, destaca el crecimiento que se ha experimentado entre los emprendedores mayores de 65 años, con un alza de más de un 71% en los últimos ocho años, y entre las mujeres. Mientras que las afiliadas al RETA se elevan un 7,9% desde 2009, los varones caen un 1,9%.