Asturias cierra un año de reforma laboral con casi el triple de fijos discontinuos inactivos

Una de las primeras conclusiones es que han subido en un año los demandantes de empleo. En concreto, se inscribieron 689 personas más en las oficinas del Sepepa, al pasar de un total de 83.513 personas a 84.202.

Cabe recordar que el colectivo de demandantes de empleo engloba a quienes carecen de trabajo, pero también a algunos que ya lo tienen. Entran en este apartado de 'no parados' los que tienen disponibilidad limitada, los que buscan un empleo mejor, los que demandan trabajos específicos... Y también los fijos discontinuos inactivos.

La clasificación de este último colectivo tuvo que ser aclarada recientemente por el Gobierno central a preguntas de las senadoras del PP María Teresa Ruiz-Sillero y Ana Isabel Alós tras el auge que ha experimentado la figura de fijo-discontinuo dentro de una reforma que ha restringido severamente el uso de contratos temporales. Para responder, el Ejecutivo aludió a la columna de 'trabajadores con relación laboral' y señaló que, a fin de año, en todo el territorio nacional, había 433.089 inactivos; esto es, el 53,15% de los que cuentan con ese tipo de contrato.

Trasladado a Asturias, en términos interanuales (de abril de 2022 a abril de 2023), es el colectivo que más ha aumentado dentro de los 'no parados'. Así lo recoge también un estudio del sindicato USO, con datos extraídos del SEPE. En estos doce meses, con la Semana Santa concluida, los trabajadores fijos-discontinuos en inactividad son 4.654 más que hace un año. En total suman 7.264 frente a los 2.610 que había al inicio de la puesta en marcha de la normativa, lo que significa un incremento porcentual del 178%, casi el triple. «Estas personas con relación laboral figuran como 'no parados' en las estadísticas a pesar de que no están trabajando», recalca el coordinador de USO-Asturias, Miguel Rivero.

De ahí que su opinión se sume a la de otros expertos, que critican al Ejecutivo por 'maquillar' las cifras: «La reforma laboral solo cambia a los parados de sitio», dice Rivero.

Y continúa: «El contrato fijo discontinuo, ligado a trabajos estacionales, tanto en temporada agrícola como turística, no era un contrato utilizado en Asturias. Sin embargo, en este año su uso prácticamente se ha duplicado. Han pasado de algo menos de 7.300 (concretamente, 7.271) de este tipo al mes a casi 13.600, lo que implica un incremento del 86,5%. El contrato fijo discontinuo, si no está ligado de verdad a una estabilidad en actividades estacionales, es otra forma de temporalidad y de disponibilidad a demanda».

Volviendo de nuevo a la tabla de los 'no parados', menciona USO el incremento global de personas que ha registrado todo este grupo: 4.326 (cuando el paro registrado bajó en 3.637) y cómo «la subida de los fijos discontinuos (en 6.290 personas) y de indefinidos a tiempo parcial (+6.304) es prácticamente igual a la que ha habido de indefinidos a tiempo completo (13.886).

«Por ello, las bonanzas de la supuesta creación de empleo no son tales si las personas que realmente no están trabajando son más que hace un año y la bajada de la contratación temporal se reparte a partes iguales entre indefinidos a tiempo completo y contratos parciales, bien por media jornada o por contratación discontinua». En lo que va de año (enero -abril), de los casi 31.000 contratos por circunstancia de la producción, que es donde se aglutina la temporalidad tras la reforma laboral, el 69% tenía una duración menor a un mes.

El asturiano Florentino Felgueroso e investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) expresaba recientemente que «la reforma no aborda una cuestión fundamental: cómo mejorar la situación de los trabajadores interminentes durante su estancia en la inactividad». Recordó que «en Francia y en otros países la empresa abona un salario o una compensación económica a los intermitentes o estacionales que envía a la inactividad. «Convendría que las empresas asuman una parte, que el coste no sea solo para la sociedad», añadió su compañero de Fedea Marcel Jansen.