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NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Miércoles, 16 de enero 2019, 02:05
La comisión negociadora del expediente de regulación de empleo (ERE) para las plantas de Alcoa de A Coruña y Avilés ha alcanzado un preacuerdo que, entre otras cuestiones, pasa obligatoriamente por que el Gobierno adquiera el compromiso de mantener el empleo en caso ... de que no exista un inversor para las plantas a 30 de junio de este año.
Según informan los comités de A Coruña y Avilés, «tras una larga y dura negociación por las partes», ha logrado alcanzarse este preacuerdo, «que obligatoriamente debe estar ratificado por dos pilares fundamentales», explican.
Uno de ellos es que el Gobierno «debe adquirir un compromiso en cuanto al mantenimiento del 100% del empleo a fecha 1 de julio de 2019 en el caso de que no exista ningún inversor para las dos plantas que garanticen su funcionamiento más lejos del 30 de junio», señalan sobre el plazo fijado para encontrar este comprador.
Por otra parte, indican que «para este mantenimiento del empleo, Alcoa se ha comprometido a dotar una cantidad de 20 millones de euros para cada planta para la mejora de instalaciones de las series de electrólisis y posible rearranque de las mismas», señalan tras la propuesta de la empresa de proceder al cese de la actividad de las mismas de una manera ordenada.
De esta forma, según avanzó en su momento la multinacional tras realizar esta propuesta en las reuniones de la comisión negociadora --tras el anuncio de cierre de ambas plantas--, sería posible el «rearranque» de las cubas.
Eso sí, si finalmente, antes del 30 de junio, fecha fijada por la multinacional para el cierre de las fábricas, se encuentra un comprador. Hasta esa fecha, se mantendría la actividad de la parte de la fundición en ambas fábricas y de la torre de pasta, en A Coruña.
Los trabajadores de ambas plantas -369 en la de A Coruña y 317 en la de Avilés- deben ratificar también en asamblea el citado preacuerdo.
Los comités celebrarán una reunión, fijada para las 9.00 horas de hoy, con responsables del Ministerio de Industria y de Trabajo para hacerles entrega del preacuerdo «y para que se ratifiquen en el compromiso del mantenimiento del empleo» más allá del 30 de junio, un aspecto que para los sindicatos sería de obligado cumplimiento para poder dar por cerrado un acuerdo.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ha asegurado este miércoles que la mediación del Gobierno ha facilitado el preacuerdo que da salida a la crisis de Alcoa.
El secretario general de Industria, Raúl Blanco, y la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, explicarán hoy a las 10.30 horas el contenido del preacuerdo al que se ha llegado esta madrugada en la reunión de la comisión negociadora de Alcoa.
Por su parte, los presidentes de los comités de empresa de las plantas de Avilés y A Coruña comparecerán ante los medios alrededor de las 11.00 horas, tras su encuentro con los responsables de Industria y Trabajo.
Ganar tiempo. Esa ha sido la obsesión de los trabajadores y las administraciones desde que Alcoa anunció su decisión de cerrar las plantas de Avilés y La Coruña. Primero se logró ir prorrogando las negociaciones del expediente de regulación de empleo de extinción y, ahora, cuando han tocado a su fin, todos reclamaban un margen mayor para encontrar un inversor que quiera hacerse con las factorías. Y eso es lo que terminó ofreciendo ayer la multinacional aluminera, medio año escaso de plazo para que fructifiquen las negociaciones que mantiene el Gobierno con posibles interesados, además de mejoras en el plan social y el mantenimiento del empleo.
Ante la negativa rotunda por parte de la compañía de revertir el proceso, en la última jornada de negociación, los representantes de los trabajadores buscaron, sobre todo, avances en materia económica para que otro titular se pueda hacer con las instalaciones y garantizar los puestos de trabajo. Los miembros de los comités consiguieron que la empresa se comprometa a mantener la plantilla hasta el 30 de junio, incluso parando las líneas de electrolisis, y no aplicar el expediente de regulación de empleo temporal como paso previo a los despidos. Eso sí, para ello exige que, si finalmente no hay cambio de titularidad, las salidas queden ya pactadas y aceptadas.
Alcoa insistió en su intención de parar de forma ordenada las series de electrolisis, aunque ofreció doce millones de euros para cada planta para volver a ponerlas en marcha si finalmente se encuentra un grupo interesado en retomar la actividad. La discusión sobre esta inversión, que los representantes sindicales consideraron escasa, fue uno de los puntos que más fricciones generó y que retrasó el acuerdo, que tendría que ser refrendado en asamblea por las dos plantillas. La multinacional, finalmente, cedió y puso sobre la mesa 20 millones por factoría, los mismos que pactó al cerrar su planta de Portovesme, en Italia, de la que se hizo cargo la comercializadora de metales suiza Siders Alloy y que la pasada semana cerró un acuerdo con Chinalco, el mayor productor de aluminio de China, para modernizar las cubas de electrólisis, invertir 135 millones y contratar a unos 500 trabajadores.
La propuesta de Alcoa mejora con creces la oferta realizada en anteriores reuniones, que pasaba por mantener únicamente 200 trabajadores de los 686 de las dos plantas y enviar al resto a un expediente de regulación de empleo temporal hasta su despido definitivo en junio, si no había un traspaso de la titularidad.
Se vivieron momentos de tensión, tanto dentro como fuera de las negociaciones y entre los distintos miembros de la parte social, con desencuentros entre el comité gallego y el asturiano, ya que el primero insistió durante casi toda la jornada en que solo daría el sí a una propuesta que pasara por la nacionalización de las factorías, una posibilidad que el Gobierno rechazó en varias ocasiones. «No estamos en un régimen comunista», llegó a contestar la la ministra de Empleo, Magdalena Valerio, cuando se le planteó esta posibilidad.
Mientras, a las puertas del edificio madrileño del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en el que tuvo lugar la reunión, también hubo momentos de tensión, ya que fuera esperaban trabajadores asturianos y gallegos que se desplazaron a la capital para dar apoyo a sus compañeros. Algunos empleados de la factoría de La Coruña intentaron cortar la calle y llegaron a enfrentarse con la Policía, que retuvo a algunos de ellos.
En Avilés, un pequeño grupo se mantuvo en asamblea permanente en la portería de la factoría, donde se incendió una barricada de neumáticos y se colgó un muñeco con la cara del director de la planta asturiana, Javier Menéndez. Este medio día está prevista una asamblea para explicar el nuevo escenario que se abre a partir de hoy.
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