El tope del gas obliga a la paralización de plantas de cogeneración en Asturias

El problema es similar para las 600 industrias que cuentan con cogeneración en España, varias de ellas en Asturias, y que ya empiezan a tomar medidas. Como ejemplo, CAPSA advierte de «consecuencias muy perjudiciales» ante la exclusión de la cogeneración del mecanismo de ajuste que promueve la excepcionalidad ibérica. «Seguiremos pagando un gas a precios de mercado, que en estos momentos se encuentra en sus máximos históricos, por encima de los 90 €/Mwh, y vendiendo la energía eléctrica generada topada a un precio de gas medio de 50 €/Mwh; es decir, no cubriéndose en absoluto los márgenes de combustible», señalan desde la compañía. Esto se añade a la bajada de las retribuciones reguladas, que hace operar «a ciegas» a las plantas. «Indudablemente, aboca al cierre, al menos temporal, de nuestra cogeneración para evitar grandísimas pérdidas económicas», explican desde la láctea.

Otras empresas, ante las inversiones que exige este sistema y las dudas que lo rodean, cerraron sus plantas de cogeneración incluso antes, como Minersa, en Mina Ana, que lo hizo el año pasado, o la Residencia del Montepío.

40% más

Sin embargo, este tipo de producción energética está considerado el más eficiente para los sectores calorintensivos. Es clave en la alimentación, el papel, la química, la cerámica, el refino o el textil. «Si nos va mal, va mal al 20% del Producto Interior Bruto industrial», advierte Rodríguez, que lamenta que se esté pagando un 40% más a los ciclos combinados que lo que costaría producir esa energía con cogeneración. Y todo, en jornadas de récord del precio de la electricidad, precisamente, por la entrada masiva de las centrales de gas en el mix.

«En nuestro caso, siendo ya conscientes de la altísima inseguridad jurídica que en España hay en materia de cogeneración eficiente de gas, de manera previsora, hace dos años ampliamos la red eléctrica externa hasta la fábrica para estar preparados ante situaciones como esta, no siendo dependientes de la cogeneración», explican desde CAPSA, aunque reconocen «un impacto muy negativo en nuestra cuenta».

En este sentido, el director general de Acogen apunta que las plantas que no están parando son, precisamente, «las que no pueden funcionar sin cogeneración», las que no cuentan con ese respaldo de la red y que tendrían que detener toda la actividad sin la cogeneración. De este modo, o asumen mantenerla sin conocer su retribución y, en el caso de las que son de gas, con un sobrecoste enorme, o paran y afrontan un recibo eléctrico disparado.

La casuística, por tanto, es diversa. También el sistema de cogeneración, que no siempre es con gas, pero a todos les impacta el real decreto que ha dejado en el limbo su retribución. Entre los afectados en Asturias están, además de CAPSA, Ilas, Industrias Roko, Cementos de Tudela Veguín,Maderas de Siero o Ence, esta última con plantas que funcionan con lignina y biomasa como combustibles.

Y también hay viviendas que cuentan con cogeneración. «Se disparará el consumo de las comunidades que operan con ella y sin saber la factura», recalca Javier Rodríguez. En el caso de Vipasa, por ejemplo, tiene cuatro edificios en el polígono gijonés de Roces con microcogeneración para agua caliente, que se instalaron como alternativa renovable. Tampoco ellos tienen limitado el precio del gas.