Tiempo de acción responsable

Pero, para ello, la esperanza debe fundamentarse en la acción, la convicción, el esfuerzo y la responsabilidad. En 'tiempo de emociones' –algunas muy dolorosas– y de tentaciones de ir hacia 'tiempo de pasiones', con todos los peligros que ello implica, es preciso que cada uno de nosotros actuemos, individual y colectivamente, con responsabilidad. Este 'tiempo de acción responsable' significa, desde mi experiencia, que cada uno, como personas y como organizaciones (empresas, instituciones, etc.) debemos hacer, y sobre todo hacer bien, lo que tenemos encomendado, nuestro trabajo y nuestra función. Es tiempo más de hacer que de decir.

«El mayor descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden cambiar de vida cambiando de actitud», dijo el filósofo estadounidense de final del siglo XIX William James. Ese es, tal vez, el primer instrumento para doblegar la crisis y para seguir avanzando como sociedad.

En este sentido, el camino ya emprendido por las instituciones y entidades con la implantación en sus actuaciones de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) que plantea la 'sostenibilidad' como una actuación que complementa los objetivos económicos con su compatibilidad con las exigencias sociales y ambientales, me parece una línea adecuada de acción en la que debemos profundizar y ampliar, pasando a incluir en ella los objetivos sanitarios y cambiando lo 'corporativo' por lo más global e inclusivo 'colectivo', ya que a todos los individuos debe motivar para su comportamiento dentro y fuera de las empresas y corporaciones, ya que reponer y mejorar el tejido económico y social es tarea de todos.

Así, pues, transformar la emoción en razón, en impulso de acción responsable, en una nueva actitud, es un difícil, pero necesario, ejercicio en esta situación. Si no queremos que estos sean 'tiempos frustrados', 'tiempos de silencio', será preciso combinar responsabilidad, esfuerzo y determinación.

Estoy seguro también de que, frente al pesimismo y el temor, frente a la tormenta, la sociedad asturiana, como ya ha demostrado en otras muchas ocasiones, tiene la capacidad para salir fortalecida de la crisis y, como parte esencial de la sociedad española, aprovechará sus talentos para continuar avanzando.

Finalmente, el éxito de la acción responsable mostrará, en la nueva época, que los sacrificios y esfuerzos de todos merecieron la pena y que el legado a nuestros sucesores de un mundo mejor fue posible por haber hecho, en el momento oportuno, de la necesidad, virtud.