Teresa Ribera promete en Bélgica medidas para garantizar la permanencia de Arcelor en Europa

Ribera, que nunca visitó las instalaciones asturianas en su etapa como ministra, defendió que las razones para desarrollar la estrategia verde «son más importantes que nunca» como impulsora de «la innovación, la adaptación y la actualización de las capacidades industriales». No obstante, reconoció los desafíos que existen para que se aborde «de manera coherente» y prometió apoyos. «Necesitamos garantizar un campo de juego equitativo y la oportunidad de desarrollar y garantizar que estas instalaciones permanezcan en Europa», afirmó, en respuesta a la amenaza de deslocalizaciones. No obstante, admitió también que la industria necesita precios de la energía competitivos y que «no hay una solución rápida».

Ribera acudió a la factoría belga, considerada la joya de la corona de Arcelor en Europa, acompañada por el nuevo comisario de Industria, Stéphane Séjourné, el otro responsable del 'Clean Industrial Deal' (Acuerdo Limpio Industrial), destinado a dirigir la inversión hacia las infraestructuras y la industria con el fin de apoyar los objetivos de descarbonización. El político francés ha prometido un plan europeo para el acero en sus primeros 100 días de mandato. «Estoy en Gante, pero todas las siderúrgicas europeas tienen los mismos problemas. Por eso estoy aquí, para desarrollar un plan para la industria del acero para evitar la pérdida de 5.000 puestos de trabajo aquí en Gante y 300.000 en toda Europa», señaló Séjourné.

También estuvo en la visita el primer ministro belga en funciones, Alexander de Croo, que se ha mostrado contrariado por el bloqueo a una inversión cifrada en la factoría flamenca en más de 1.100 millones de euros, similar a la asturiana. De anfitrión actuó el consejero delegado de Arcelor en Europa, Geert van Poelvoorde. «Hoy es un gran día», aseguró, para apuntar que «la Comisión entiende que hay un problema con la industria europea, y la del acero en particular, y realmente tomará medidas al respecto». Además, el alto directivo del grupo desveló que la multinacional ha decidido abordar la inversión del horno eléctrico de Gijón porque cree «que el entorno y el precio de la electricidad basado en la solar en España estarán en un nivel que permita invertir».Esta declaración tiene su importancia en un contexto en el que el Gobierno español y el Principado priorizan que Arcelor construya un segundo horno eléctrico híbrido en la acería de Avilés antes de abordar la planta de DRI, cuya viabilidad económica rechaza la siderúrgica.

«Tan pronto como las condiciones mejoren, reactivaremos las inversiones. Pero mientras no estemos seguros de que es posible producir en Europa, no lo haremos», avisó, en este sentido, Van Poelvoorde, que apeló a los Estados miembros a trabajar junto a la Comisión porque la empresa tiene todos los planes preparados para ponerlos en marcha en cuanto sean «viables». «No sería útil construir una planta que después no pueda operar», justificó.

Y esto pasa, básicamente, por el precio de la energía y la competencia. «No somos ingenuos, no creemos que vaya a ser como en Estados Unidos; no lo fue antes y no lo será en el futuro. No pedimos exactamente lo mismo, pero hoy estamos muy lejos, muy lejos», avisó el CEO en Europa del grupo y uno de los pesos pesados para tomar decisiones y decantar la balanza sobre los proyectos.