Supermercados asturianos limitan la venta de aceite de girasol por la guerra de Ucrania

A partir de hoy, supermercados como Familia y Eroski empezarán a limitar la venta de aceite de girasol en Asturias. En detalle, en estos establecimientos podrán adquirirse hasta cinco unidades por persona. En el caso de la venta mayorista, cada empresa podrá comprar un maximo de dos cajas.

Por su parte, grandes superficies como Carrefour niegan que haya problemas inmediatos de abastecimiento de aceite de girasol, pero sí que contemplan la posibilidad de limitar unidades de venta para evitar que sus estanterías queden vacías y vuelvan a producirse compras masivas de producto, como ya sucediera en la pandemia.

Por este motivo, el mensaje que lanzan marcas de la distribución como Mercadona o Eroski es de calma. De momento, ambas cadenas aseguran tener «stock de sobra» para abastecer a la población. «No hemos previsto la posibilidad de sufrir faltas de producto final por suministro directo en el corto plazo, aunque habrá que seguir con atención la contienda», apuntan desde el Grupo Eroski.

Si bien la situación no es límite, por parte de las distribuidoras hay un cierto recelo y estas empiezan a prepararse, temerosas de un posible 'efecto papel higiénico'.

En el peor de los escenarios, quienes más podrían sufrir los efectos directos de la escasez del productos serían los establecimientos hosteleros, dado que utilizan cantidades ingentes. «A nivel de usuario no se va a notar», tranquilizan fuentes de El Corte Inglés.

España compra a Ucrania una media anual de 2,7 millones de toneladas de maíz -el 22% de las importaciones españolas- y es el segundo proveedor después de Brasil. Además, España también adquiere 233.000 toneladas de torta de girasol, que suponen el 68% de las importaciones nacionales del producto, así como aproximadamente 500.000 toneladas de aceite de girasol. La parálisis del comercio exterior con Ucrania, unida al encarecimiento de las materias primas, puede provocar tensión en los abastecimientos a corto plazo, al verse interrumpidos completamente los flujos de suministro, según publicaba recientemente el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

De alargarse el conflicto, la falta de reservas provenientes del «granero de Europa» provocaría no solo la escasez de productos oleicos, sino también de cereales. Ello tendría consecuencias inmediatas en los precios del trigo o la cebada, lo cual repercutiría, sobre todo, en el primer sector. «Una nueva subida va a destrozar a los ganaderos». Con esta crudeza, refería Mercedes Cruzado, secretaria general del sindicato agrario COAG Asturias, las consecuencias de una hipotética alza de los precios. En los últimos meses, el alimento del ganado alcanzaba los cien euros por tonelada. Ahora la guerra en Ucrania amenaza con acelerar nuevos precios récord.

Ramón Artime, presidente de la asociación Asaja, también cree que la nueva circunstancia añade más leña al fuego del descontento: «Llevamos meses quejándonos de costes desorbitados sin recibir respuesta alguna de nuestros actores políticos». A todo ello se suma la impotencia de los ganaderos asturianos ante el posible encarecimiento de otras materias primas, como el gasóleo. «La guerra en Ucrania viene a agravar los efectos económicos de la coyuntura que tanto está empobreciendo al campo», subraya Artime.