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l. palacios / n. a. eRAUSQUIN
Miércoles, 28 de julio 2021, 21:07
Los salarios estaban cogiendo velocidad de crucero antes de que estallara la pandemia, después de varios años de congelación e incluso devaluación a consecuencia de la anterior crisis económica. Por fin en 2019 despegaron y subieron casi un 3% en el Principado, por encima ... de la media nacional, que rozó el 2%, pero la covid-19 cambió de golpe y porrazo esa tendencia al alza y se desplomaron un 1,9% en 2020, según la Encuesta Anual de Coste Laboral publicada hoy por el INE. No obstante, se trata de un descenso menor que el promedio nacional, que situó la caída en el 2,6%, lo que mantiene a Asturias entre las comunidades con mejores sueldos, solo por detrás de Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, principalmente impulsada por el fuerte peso de su sector industrial.
Así, el salario medio anual por trabajador se situó en el Principado en 23.687,35 euros, 462 euros inferior al del ejercicio anterior, cuando había avanzado más de 700 euros. Este fuerte recorte es consecuencia de los ceses de actividad y, sobre todo, de los miles de trabajadores que llegaron a estar inmersos en un ERTE durante la pandemia, unos 60.000 en Asturias en los momentos de mayores picos. Así, las empresas no tuvieron que pagar salarios por ellos (en todo caso complementar), ya que fue el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) quien abonó una prestación por desempleo a los afectados.
Es por esto que el INE explica que el salario medio está «distorsionado y su comparación con 2019 no es apropiada», ya que –argumenta– convivieron trabajadores pagados con salarios y otros acogidos a un ERTE, que siguieron perteneciendo a la plantilla de sus compañías, pero fueron remunerados con prestaciones. «Como consecuencia de ello, la masa salarial total percibida por los empleados no guardó relación con el número total de efectivos de las empresas», precisa el organismo público.
Pero de lo que no hay duda es de que la pandemia tuvo un impacto directo en los bolsillos de los trabajadores, que cobraron menos el año pasado, sobre todo los que estuvieron en ERTE: un 25% menos.
Y, debido también a esto, otra consecuencia clara es que las empresas tuvieron que pagar menos por sus empleados, un recorte del 1,2% en Asturias, en este caso menor que el descenso a nivel nacional, que se situó en el 2,1%. Todo ello implica que cada trabajador asturiano le supuso de media a su compañía 32.110 euros brutos al año, casi 416 euros menos que en 2019, y 31.919 netos.
Esto se debe tanto a que se ahorraron los salarios de los trabajadores en ERTE como a que tampoco tuvieron que pagar sus cotizaciones sociales, puesto que se hizo cargo de ellas la Seguridad Social. Por esta razón, esta partida disminuyó hasta los 7.535 euros –7.335 en el caso nacional– después de que en los últimos años las cotizaciones sociales obligatorias se hayan encarecido de forma considerable a consecuencia de la fuerte subida del salario mínimo en 2019, cuando se incrementó un 22,3%, pasando de 735,90 euros brutos mensuales en 14 pagas a 900 euros.
Por el contrario, destaca el fuerte incremento que experimentaron las prestaciones sociales directas, que pasaron de 259 euros por trabajador en 2019 a 343 euros en 2020, como consecuencia del aumento de los costes por incapacidad temporal y desempleo parcial (complementos de las prestaciones del Sepe) de los trabajadores.
El desigual impacto que la pandemia tuvo por subsectores se aprecia muy bien en esta estadística. Las secciones que en su mayor parte incluyen actividades consideradas esenciales, como la Administración Pública, educación, sanidad, suministro de energía, gestión de residuos, información y comunicaciones o banca y seguros se vieron poco afectadas por la situación derivada de la covid-19.
Por el contrario, la hostelería fue la actividad más perjudicada por esta crisis, seguida de las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento; transporte y almacenamiento, y comercio. El impacto fue menor en la industria manufacturera, la construcción, las actividades profesionales, científicas y técnicas y las actividades administrativas y servicios auxiliares.
De esta forma, la pandemia contribuyó a ampliar la brecha salarial por comunidades. Así, un trabajador en Madrid ingresó 27.775 euros, mientras que en Canarias esta nómina se redujo hasta los 17.301 euros, es decir, casi 10.500 euros menos al año. De hecho, es en esta comunidad insular en la que los sueldos se desplomaron en mayor medida, ya que la pandemia tuvo un impacto desigual por comunidades, dependiendo, principalmente, de su estructura productiva. Así, en las comunidades donde el turismo tiene mayor peso el descenso de los costes laborales fue mayor. Frente al 1,9%asturiano, en Canarias se desplomaron un 12,3% y en Baleares un 11,8%. En Murcia, por contra, crecieron un 1,5% y en Navarra y Castilla-La Mancha solo retrocedieron un 0,1%.
Por sectores, las brechas se mantienen hasta el punto de que un trabajador de la energía ganó 60.352 euros de media en 2020, seis veces más que un empleado de la hostelería, que ni llegó al salario mínimo con sus 9.377 euros, casi 5.000 euros menos que un año atrás.
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