Eduardo Breña y Breña (Madrid, 1974) es abogado y, desde 2018, accionista de Duro Felguera. La delicada situación que atraviesa la empresa, con un rescate ... público aún no completado de por medio, le ha llevado a tratar de unir bajo un mismo paraguas la voz de los accionistas minoritarios de una empresa cuyo capital está muy atomizado. La iniciativa, que esperan formalizar en septiembre o inicios de octubre, les ha llevado a lograr unir más del 4% del accionariado de la empresa, lo que les convertiría, «de facto, en el máximo accionista».
-¿Cómo y cuándo nace este sindicato?
-Duro fue la primera empresa que solicitó la ayuda al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Sepi y eso generó un incremento de la cotización prolongado porque el mercado confiaba. El precio de cotización fue aumentando y, cuando se confirma la noticia de Sepi, inexplicablemente, las acciones comienzan a bajar. Cuando veo eso y que el accionista mayoritario es TSK, con el 3%, me doy cuenta de la necesidad de que los accionistas minoritarios nos unamos para luchar por nuestro dinero.
-Superan los 4 millones de acciones comprometidas.
-Están comprometidas inicialmente. La primera fase fue pulsar para, con posterioridad, constituir formalmente el sindicato y empezar a trabajar a la mayor brevedad. Los próximos seis meses son cruciales para la empresa.
-¿Cuánto representan en el capital de la sociedad?
-El capital admitido a cotización son 96 millones de acciones y nosotros tenemos más de un 4%. De facto, seríamos el máximo accionista, sin perjuicio de que este número suba.
-¿Qué papel jugaron en la pasada junta de accionistas?
-No estábamos constituidos y no actuamos de común acuerdo. Pero nuestra intención es participar unidos en las próximas juntas, que serán cruciales porque muy posiblemente entrarán inversores, y eso va a requerir el respaldo del accionariado. Y, además, habrá que aprobar el aumento de capital. Nuestro papel es relevante.
-¿Por qué su apoyo al nuevo consejo?
-Tenemos previsto reunirnos nada más volver de vacaciones con el nuevo consejo para poder obtener información adecuada y trasladarla a los miembros del sindicato. Más que un apoyo, no nacemos como una mera comparsa, lo que tenemos es una muy buena sintonía inicial. Nuestro compromiso es trabajar y colaborar con el consejo por el bien común, que es la viabilidad de la empresa, el retorno para los accionistas que han confiando y van a mantenerse en el accionariado, y devolver la sonrisa y la esperanza a los trabajadores de Duro.
-La entrada de un socio condiciona el rescate de la Sepi. ¿Tienen confianza?
-Es pronto para que el sindicato pueda valorar cuestiones de las que no estamos debidamente informados. Es por eso que vamos a reunirnos con miembros del consejo. Creo que lo que se está tratando de evitar es la exposición de un mayor capital público, que sería sustituido por un inversor privado. Aunque entiendo que era absolutamente necesario, las compañías tienen que ser rentables y estar bien gestionadas para no necesitar ayudas públicas. Y en eso creo que está el consejo.
-La banca ha tenido un papel muy relevante en el proceso y hubo reticencias. ¿Las entienden?
-Es absolutamente comprensible. Cualquier persona sensata entiende que cuando una empresa ha recibido financiación de la banca y no ha sido bien gestionada, se desconfíe. Pero no tanto por el actual consejo, sino por esa gestión negligente del pasado. Gracias al señor Orihuela, al actual CEO y al consejo, esa relación tirante con la banca ha pasado y creo que la banca confía.
-Sin un socio industrial, ¿tiene futuro la empresa?
-Entendemos que, sin socio industrial, el medio plazo es más complejo. Pero por eso nace el sindicato. No vamos a ser mera comparsa, queremos ser informados. Objetivamente, consideramos que Duro es fiable y que, una vez conseguida la reestructuración de la deuda, el inversor institucional que haga números y tenga en cuenta el apoyo del Principado y el Estado verá que es el momento oportuno para entrar en una empresa que tiene deuda, pero que no está como Abengoa.
-Parte del futuro de Duro pasa por potenciar el negocio de las renovables. ¿Llega tarde la empresa?
-Duro tiene que hacer algo que sea sensato: mantener su negocio tradicional, potenciar el talento y mejorar la operativa con una gestión de costes y elección de contratos óptima, de forma que se opte por aquellos que tengan menor riesgo. Evidentemente, Duro tiene que estar ahí, como todas las compañías, y creo que ya está volcada con la transición. No creo que llegue tarde.
-El hecho de contar con el 4% de las acciones, ¿les da el control de la empresa?
-La empresa tiene su propio órgano rector. ¿Podría ser un sindicato de control? Es pronto para hablar sobre ello. Si alcanzamos los siete, ocho, nueve millones de títulos... Ya con cuatro unidos constituye de facto el accionista mayoritario. Pero el sindicato en principio no ha decidido, será en la fase de constitución, esperemos que en septiembre o principios de octubre. Ahora mismo seríamos el primer accionista de Duro y así nos vamos a presentar ante el propio consejo, hacerles ver el interés colectivo que defendemos, que no somos una mera comparsa y venimos a exigir información. Colaborar con el consejo, sí, pero queremos conocer su actividad para respaldarla o, en caso contrario, poner de manifiesto nuestra disconformidad. Venimos a defender nuestras propias inversiones, un retorno adecuado al riesgo que hemos tomado al invertir en Duro Felguera en momentos muy complicados y es lo que vamos a exigir.
-¿Cuántos accionistas hay en el sindicato?
-El número de accionistas que por ahora han comprometido sus títulos creo que supera por poco los 200. Es una cantidad pequeña, aunque aspiramos a sumar.
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