

Secciones
Servicios
Destacamos
Los aranceles del 25% al acero y al aluminio europeos impuestos por Donald Trump son la punta de lanza de una 'guerra' que pone en ... riesgo el comercio global. Tras las amenazas del presidente de Estados Unidos (EE UU), ayer entraron en vigor los gravámenes y recibieron la respuesta de la Unión Europea (UE) al anunciar que aplicará tasas «fuertes, pero proporcionales» a los productos procedentes de ese país con un impacto económico de 26.000 millones de euros, en línea con el alcance de las puestas en marcha por la Casa Blanca.
«Lamentamos profundamente esta decisión», reconoció el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, quien viajó a EE UU para tratar de llegar a una solución negociada. Sin embargo, a falta de un acuerdo –y aunque Bruselas insiste en que aún está abierta a negociar con Washington–, el bloque pondrá en marcha sus propios gravámenes.
Las tasas entrarán en vigor en dos fases. El 1 de abril se reactivarán los aranceles que la UE impuso en 2018 y 2020 para responder a los daños por 8.000 millones de EE UU a la economía europea, que afectarán a productos como embarcaciones, el bourbon, los vaqueros Levi's o las motocicletas Harley-Davidson, entre otros. Estas medidas se encontraban congeladas desde la última guerra comercial y la Comisión Europea las activará de nuevo de forma rápida, según confirman fuentes oficiales de esta institución. Además, a partir del 13 de abril, pondrá en marcha un nuevo paquete por 18.000 millones de euros que se diseñará con los Estados miembros y las partes afectadas e incluirán más bienes y productos como electrodomésticos, artículos de cuero y productos agrícolas como aves de corral, nueces y azúcar.
Las tasas están pensadas para tener un mayor impacto en estados republicanos como Louisiana, Nebraska y Kansas e incluyen también otros bienes como estufas y congeladores. Europa también contempla imponer gravámenes a algunos productos madereros, cuyo suministro sería sustituido con bienes que provengan de Canadá y Noruega.
En este contexto, la Asociación Europea del Acero (Eurofer), a la que pertenece Arcelor, aseguró ayer que los aranceles impuestos por Trump agravan un entorno de mercado ya de por sí precario para el sector y suponen un auténtico riesgo para su futuro. «Amenaza con ser el último clavo en el ataúd de la industria siderúrgica europea», avisa la organización, que recordó que «si el acero europeo desaparece, también lo harán la automoción europea, la seguridad y defensa europeas, las infraestructuras energéticas, el transporte y otros sectores».
Durante la anterior etapa de Trump en la Casa Blanca también impuso aranceles al acero y al aluminio, aunque en este caso cogen al sector mucho más débil, por la baja demanda, el aumento de la sobrecapacidad mundial, los costes energéticos y los problemas con la descarbonización. Además, en esta ocasión, Washington ha impuesto gravámenes también a los productos derivados, por lo que su alcance será mayor.
Más allá de las consecuencias de las restricciones al acero europeo, preocupa sobre todo que el mercado comunitario se vea invadido por el de otros territorios que ya no pueda acceder a EE UU. Hace siete años, de cada tres toneladas desviadas de ese país, dos llegaban a la UE. Todo ello provocó una profunda crisis en el sector, con paradas de hornos altos que afectaron también al Principado. Y ese es el gran peligro que amenaza a la siderurgia asturiana, cuyos envíos a EE UU, en realidad,son testimoniales. Preocupa ese impacto indirecto, más aún cuando parte de la cabecera ya corre el riesgo de cierre por el fin de su vida útil y las inversiones que se necesitarían para continuar en marcha en plena escalada de costes mediambientales. En este sentido, Eurofer advierte de que la UE tiene el mercado «más vulnerable» del mundo, mientras el resto protegen los suyos.
Por su parte, desde la patronal sectorial nacional, Unesid, en la que Arcelor tiene un gran peso, recordaron que España exporta aproximadamente 254.000 toneladas de acero al año a EE UU, lo que representa el 3,3% del total. No obstante, se considera una línea clave del negocio, sobre todo, para algunas empresas.
En 2024 estas ventas generaron un volumen de prácticamente 402,5 millones de euros. Se trata de una medida «injustificada», recalcó su directora general,Carola Hermoso, que cree que los aranceles «ponen en riesgo la estabilidad de un sector estratégico y el mantenimiento de empleos industriales de alta cualificación». Además, las exportaciones españolas «no suponen una amenaza para la industria estadounidense, al contrario, contribuyen a cubrir una demanda que en muchos casos la industria local no puede satisfacer», subrayó la responsable de Unesid, mientras que la siderurgia europea se enfrenta a «una competencia feroz de importaciones procedentes de Asia y otras regiones, lo cual agrava más aún la situación». En este sentido, Hermoso pidió a la UE que reaccione con firmeza y que se pongan en marcha medidas de reequilibrio para proteger a las empresas y los trabajadores.
No obstante, más allá del acero, EE UU es un mercado importante para Asturias, que puede resentirse de la guerra comercial que ahora se desata. En 2024, el país americano fue el primer territorio fuera de Europa con mayores cifras de exportaciones, en novena posición, con 233,5 millones de euros, pero además fue el mayor suministrador internacional de toda la comunidad, con importaciones al alza que se elevaron desde los 573,8 de 2023 a 874,9, un 52,47% más. Dependiendo de los productos afectados por los aranceles de la UE, estas cifras pueden resentirse, ya que será más caro adquirir sus productos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.