La SEPI da tres meses más a Duro para cumplir las condiciones del rescate y completarlo

A finales de marzo, cuando se cumplía el primer plazo para recibir 40 millones de euros, Duro Felguera ya consiguió una moratoria de un mes para lograr el visto bueno de la banca a la reestructuración de la deuda sindicada, condición que había impuesto la SEPI para realizar la inyección de dinero público. A pesar de que las negociaciones con las entidades financieras fueron duras, se consiguió superar aquel trance y llegaron a la compañía los primeros 40 millones de euros en forma de préstamo que permitieron esquivar el concurso de acreedores. Se salvó otro 'match point' de los muchos que lleva el grupo en los últimos tiempos.

Ahora se enfrenta a otro. Restan por llegar otros 80 millones de euros, divididos en dos partes: un préstamo participativo de 50 millones de euros y el desembolso de otros 30 millones, que en un principio parecían que iban a llegar como una ampliación de capital y la entrada de la SEPI en el accionariado. Sin embargo, en la información privilegiada remitida a la CNMV en marzo, se aclaró que parte o toda esta aportación podría realizarse también a través de otro préstamo, incluso que esa ampliación podría no llegar a producirse. Todo dependía de que se materializara o no la llegada de un inversor y de qué cantidad estuviera dispuesto a aportar, ya que la inyección estatal a través de este mecanismo será menor que la que llegue del ámbito privado.

De momento, nada se sabe de ese posible socio industrial, más allá de que siguen abiertas varias negociaciones, y de que hay «optimismo», según apuntó el nuevo consejero delegado de Duro Felguera, Jaime Argüelles, en un vídeo enviado a los accionistas el pasado viernes. En él les animaba a participar en la junta de accionistas que tendrá lugar hoy en Gijón, ya que hace falta un quórum superior al habitual para aprobar algunos puntos relacionados, precisamente, con la refinanciación del grupo y el rescate por parte de la SEPI.