«En nuestro sector, ya no se trabaja con materiales vírgenes»

El producto que diseñaron, que ya se vende en más de 40 países de cuatro continentes, ofrece una solución integral al problema del plástico. El grueso de su materia prima, unas 15.000 toneladas al año, procede de los desechos que se arrojan a los contenedores amarillos. Con ese residuo, y una buena dosis de investigación y desarrollo, han conseguido poner en el mercado un producto que puede competir con su rival de madera ofreciendo unas prestaciones que garantizan su utilidad. El ciclo se completa además con un servicio integral a sus clientes que pasa por volver a comprar los palés para incorporarlos de nuevo a la cadena de producción. «Todo residuo es un material. Queremos transmitir la idea de que no solo fabricamos un producto, sino que somos un actor en la sostenibilidad y la economía circular», sostiene.

Este nuevo concepto, base de su negocio, es un sistema que, señala Antón Fernández, se «copia» de la naturaleza y supone además un «cambio de paradigma» con respecto al de «usar y tirar». «La economía lineal tiene un principio, que es la fabricación, y un final, que es el vertedero. Nosotros transformamos los residuos de unos, en productos para otros».

Antón Fernández reconoce que su producto sigue siendo «difícil de colocar». Las reticencias a los bienes reciclados siguen existiendo, pero el responsable de Naeco señala que, poco a poco, sus palés de plástico están ganando cuota de mercado frente a la madera «por la sostenibilidad», un concepto que, por la sensibilización de la población, se ha convertido en un gran aliado para las empresas que, como la suya, transforman residuos en bienes.