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CLARA ALBA
Madrid
Miércoles, 31 de marzo 2021, 18:57
Sareb, creada en 2012 para aparcar los activos tóxicos de las entidades rescatadas, sigue acumulando pérdidas año tras año. El conocido como 'banco malo' cerró 2020 con unos números rojos de 1.073 millones de euros, un 13% más que el año anterior ante ... el impacto de la crisis y por la necesidad de llevar a cabo una estrategia prudente de venta para evitar los descuentos exigidos en el mercado.
Según las cuentas anuales aprobadas por el consejo de administración, la cifra ya está incluida en el impacto de casi 10.000 millones de euros para el déficit público anunciado por el Ministerio de Hacienda, por lo que no supondrá un incremento adicional. De hecho, el Gobierno se plantea ya ampliar la vida de la Sareb más allá de 2027, para tener más tiempo para vender activos a mejores precios.
En concreto, Sareb aún tiene activos en balance por valor de 31.800 millones de euros, desde los 50.781 millones con los que se fundó. Y lo malo es que esos activos en cartera acumulaban el pasado año unas minusvalías contables de más de 9.100 millones de euros. A lo largo del ejercicio, la compañía vendió 12.111 inmuebles, un 28,5% menos que en 2019. De ellos, 10.359 eran unidades propias y 1.752 activos que figuraban como garantía de préstamos de promotores.
El 'banco malo', que nació con la promesa de generar una rentabilidad del 14% hasta 2027, también ha tenido que hacer frente a una caída del 38% en sus ingresos, hasta los 1.422 millones de euros.
En el lado positivo, la compañía canceló 179,8 millones de euros de deuda senior en 2020, con lo que ya ha cancelado el 31,2% de la deuda que emitió en el momento de su constitución. Hasta 2027, prevé invertir unos 3.200 millones de euros en el desarrollo de nuevas promociones con el objetivo de generar ingresos adicionales de 1.500 millones «y mejorar la capacidad de devolución de la deuda avalada por el Estado», indican.
El presidente de Sareb, Jaime Echegoyen, ha señalado que el objetivo es «seguir trabajando día a día para minimizar el impacto de la deuda en las cuentas públicas», sin descuidar su mandato desinversor ni la colaboración con las administraciones en materia de vivienda social.
Por su parte, el consejero delegado de la sociedad, Javier García del Río, ha reconocido que 2020 ha sido «un año complicado», en el que Sareb se ha concentrado en «preservar el valor de los activos moderando la aspiración de ingresos para no asumir los descuentos que el mercado hubiera solicitado, especialmente en ventas de suelo y préstamos impagados». «Hemos aprovechado 2020 para ganar en eficiencia en gastos y mejorar nuestra capacidad de venta minorista, en un momento de gran incertidumbre económica», ha asegurado.
En este sentido, Sareb redujo un 8% sus costes operativos en 2020, hasta 609 millones, principalmente por la caída de un 31% en los gastos de comercialización derivados de una menor actividad y por el ajuste de un 25% en los gastos de estructura.
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