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Jueves, 28 de septiembre 2023, 02:02
Cada vez nos resulta más familiar ver instalaciones de módulos fotovoltaicos sobre cubiertas, superpuestas a fachadas y tejados o integradas como elementos del propio edificio. Son una forma moderna y sostenible de producir energía eléctrica en el mismo lugar del consumo.
Al instalarlos sobre las cubiertas, se deben evaluar los riesgos que se derivan y los posibles impactos.
En los últimos años se han producido un número considerable de incendios que están siendo objeto de investigación para determinar las causas de estos.
Problemas comunes observados:
• Conectores dañados o incompatibles.
• Conectores no aislados.
• Cables de corriente directa sueltos en el techo.
• Circuitos de inducción (conexiones de terminales directas a otros dispositivos en serie)
• Paneles desprotegidos.
• Conexión a tierra ineficaz.
• Inversores inaccesibles o cerca de materiales combustibles.
• Fallos por arco eléctrico.
• Sistemas instalados sobre techos combustibles.
• Dispositivo de corriente residual inadecuado.
• Fallos de productos derivados de mala calidad, mal diseño y ejecución.
En España, ni el Código Técnico de la Edificación, ni el Reglamento de Seguridad Contra Incendios en Establecimientos Industriales contempla ningún requisito de seguridad contra incendios para dichas instalaciones.
La prevención de incendios en sistemas fotovoltaicos se basa en la selección de componentes de calidad, el diseño adecuado de la instalación, el mantenimiento regular, la protección contra sobrecarga y descargas eléctricas, y el monitoreo constante del sistema. Estas medidas pueden ayudar a minimizar el riesgo de incendios y garantizar la seguridad y el buen funcionamiento del sistema fotovoltaico.
Es muy importante incidir en la prevención para negociar las mejores condiciones a la hora de suscribir o renovar nuestras pólizas de seguros de daños. Lo ideal es considerar la instalación de sistemas fotovoltaicos en techos no combustibles.
No descuidemos actualizar o establecer planes de emergencia y contingencia, en caso de que no existan. Los instaladores deberían de revisar sus pólizas de RC y valorar la conveniencia de aumentar las sumas aseguradas ante posibles reclamaciones.
Y, por último, en muchas ocasiones la propiedad de la planta fotovoltaica y la del edificio donde se ubica no son la misma. Es más, la propiedad del edificio podría tener alquilada a la empresa A la cubierta para la producción de energía eléctrica y a la empresa B la explotación de una actividad industrial dentro de la instalación. Pensemos en las consecuencias y posibles responsabilidades ante las reclamaciones por daños y lucro cesante de todas las partes.
Hablamos de una tecnología relativamente nueva y que sigue evolucionando, es imparable, pero debemos de saber gestionar convenientemente los riesgos que genera.
Asesor de seguros, técnicos e instaladores deberían de trabajar en equipo para evitar que su proyecto le ocasione más problemas que beneficios.
Juan Ramón Vega, Gestor de Riesgos de JRV
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