Ribera insta a la CNMC a vigilar el apagón de las renovables

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció en el Senado que el Ejecutivo ha solicitado a la CNMC vigilar por qué los productores no ponen renovables en el mercado, lo que supone disparar la importación de electricidad desde Francia. Esa fue la respuesta de Ribera a una pregunta del diputado popular Carlos Floriano, quien le pidió que diera el nombre de esas compañías que están evitando poner renovables en el mercado.

Ribera no citó ninguna empresa y se centró en el conjunto de medidas que ha aplicado el Gobierno para minorar el efecto de la subida de la luz. «Se están tomando medidas para que en estos años más turbulentos de transición energética todo el proceso sea justo para los consumidores y que, al mismo tiempo, todos contribuyan a esta transición», añadió la vicepresidenta tercera. La polémica llega después de un fin de semana en el que parte de las renovables dejaron de aportar electricidad al sistema.

La respuesta del Ejecutivo a esta coyuntura vino, de nuevo, unas horas después de las declaraciones públicas del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, sobre el decreto de recortes y su impacto en el sector. El ejecutivo afirmó ayer que la empresa está «abierta al diálogo y a alcanzar un marco regulatorio estable y predecible» ante la situación que se está produciendo por el alza del precio de la energía. Además, espera que «se pueda reconducir» lo que denominó como «terrorífico intervencionismo» que se está dando en España en todo el sistema eléctrico por aquel decreto.

Galán realizó estas manifestaciones en Bilbao, donde inauguró el Global Smart Grids Innovation Hub. En este sentido, apuntó que hay que abordar la situación de los precios de la energía con un análisis «riguroso» y subrayó la importancia de la seguridad jurídica.

Mientras, la gran industria alerta de los efectos que tiene esta escalada de precios para su competitividad, que hoy marcará otro récord histórico al alcanzar los 226 euros por megavatio/hora (MWh), con picos de hasta 260 euros/MWh. Fernando Soto, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), reconoció ayer a este periódico la situación «crítica» por la que atraviesan las electrointensivas, algunas con su viabilidad comprometida y con la amenaza de tener que parar la producción. De momento, AZSA ya ha anunciado que la ralentizará. El lunes, Soto se reunió con Ribera junto a representantes de varias patronales industriales para trasladarle su preocupación por la coyuntura y también por la escalada de los derechos de emisión de CO2, que califica de «una guillotina para la industria». Defendió, además, la posibilidad de crear una plataforma de compra de gas europea, como aboga España.

Precisamente, ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cambió el paso sobre la postura inamovible de la UE sobre la crisis energética al insinuar que quizás ha llegado el momento de romper el vínculo entre los precios del gas y la electricidad e, incluso, abrirse a que Europa cuente con una reserva estratégica de gas para no seguir a merced de los grandes suministradores, como Rusia. En un encuentro con periodistas, la alemana aseguró, además, que esos dos temas van a ser tratados por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.