La restauración ambiental de las minas de Tormaleo, Buseiro y Cerredo costará 82 millones

Son tres los objetivos de estas obras, tal y como explicó Aagesen. En primer lugar, generar empleo «local y a corto plazo», ya que se crearán 148 puestos directos, con prioridad para los trabajadores excedentes de las minas de carbón privadas que cerraron y las empresas auxiliares, que ascienden a 120 en el caso de Asturias. La segunda meta es la mejora ambiental, que se realizará, sobre todo, a través de la descontaminación de suelos y aguas. La tercera finalidad es «buscar soluciones alternativas en la zona, nuevos modelos de negocio que tienen que aflorar en este periodo que nos hemos marcado».

Los terrenos recuperados, cuyo uso «se ha consensuado con los municipios y los vecinos», acogerán proyectos energéticos, tendrán usos agrícolas y ganaderos y también albergarán equipamientos culturales y de ocio. El consejero de Industria, Enrique Fernández, que acompañó a la secretaria de Estado de Energía a Ibias, concretó que la lista de posibilidades está abierta, pero «ya se han planteado proyectos de energía solar, almacenamiento energético con bombeo reversible, de plantación de especies herbáceas y arbóreas y también iniciativas culturales y turísticas».

En este último apartado se enmarca la playa artificial en la que se transformará el lago La Campa y parte de su entorno, «donde esperamos encontrar un desarrollo del sector turístico acorde al espacio privilegiado que aquí va a generarse después de estas intervenciones», apuntó Fernández. La iniciativa presentada para restaurar la mina de Tormaleo comprende la actuación en 430 hectáreas y supone el desembolso de 49 millones de euros (43,5 los destinará el ministerio y el resto corresponden al Principado). La obra, «compleja y ambiciosa», requerirá el movimiento de más de ocho millones de metros cúbicos de tierra. Trabajos que Transición Ecológica espera iniciar en otoño. Con la rehabilitación del espacio natural, además, se solucionarán «los problemas de desprendimientos de los taludes y se reforzarán con un manto vegetal», añadió el consejero.

En el caso de Cerredo, la superficie degradada suma 660 hectáreas y la inversión se estima en algo más de 70 millones (de los cuales 23 se abonarán con fondos del Plan de Recuperación). En Buseiro se restaurarán unas 77 hectáreas, lo que implicará una partida de siete millones (6,5 millones con cargo al Gobierno central). En esta mina, existe un proyecto privado para construir una central depuradora de reversión, que permite almacenar energía.

Precisamente, la secretaria de Estado de Energía señaló que «los proyectos que tengan que ver con la integración de renovables y el almacenamiento ayudarán a bajar la factura de la luz». Asimismo, subrayó que existen diversas fuentes de financiación para costear las actividades alternativas que se desarrollarán en los espacios recuperados. «Sigue habiendo fondos, por lo que tenemos que aprovechar estos tres años para buscar los mejores proyectos», indicó.

Por su parte, el secretario general del SOMA-Fitag-UGT, José Luis Alperi, pidió a las administraciones que «agilicen la contratación de los excedentes» y a los trabajadores que «colaboren» para intentar cubrir los puestos.