La regasificadora cumple su primer año de etapa comercial con una veintena de operaciones

Más allá del servicio logístico para abastecer la demanda internacional de GNL, tiene otros tres: el conocido como 'boil off gas' (BOG), que vierte a la red la evaporación continua de ese combustible; el almacenamiento y la carga de camiones cisterna. Respecto a este último, a cierre de julio se habían cargado de gas más de 1.700, lo que supone un suministro aproximado de 500 GWh a los clientes de la terminal, muchos de ellos industrias, principalmente del sector agroalimentario o el químico, y que también se destinan al transporte.

Un año después del inicio de su andadura comercial, Enagás señala que «ha tenido un rendimiento excelente en todas las operaciones». Fue en junio de 2023 cuando la compañía recibió la autorización del Ministerio para la Transición Ecológica para la puesta en marcha de la regasificadora de Gijón. Tan solo un mes después, en julio, Endesa, se adjudicó los servicios logísticos –carga, descarga y almacenamiento de gas natural licuado– de las instalaciones hasta 2026. Esta empresa considera «positivo» el funcionamiento durante este primer año y celebra que «se han conseguido los objetivos de soporte logístico» con las operaciones realizadas hasta ahora, «que previsiblemente serán 20 una vez termine agosto».

En septiembre del pasado año, se culminó la operación por la que Reganosa se convirtió en propietaria del 25% de la regasificadora que, a partir de ese momento, pasó a llamarse Musel E-Hub. Sin embargo, las posibilidades de la terminal podrían ir más allá de lo relacionado con el GNL. Por ello, en abril de este año, Enagás y la Universidad de Oviedo decidieron unir fuerzas para estudiar la adaptación de la planta a nuevos gases renovables –el hidrógeno y el amoniaco verde y el metano sintético, entre otros–, así como para el almacenamiento de CO2 para exportación y/o uso. El objetivo es analizar las opciones de convertir la planta gasista en una multimolecular, con el fin de almacenar moléculas neutras en carbono para contribuir a la transición energética.

Esta adaptación facilitaría el posicionamiento de Asturias como nodo energético, ya que la región está incluida dentro de la Red Troncal del Hidrógeno. No obstante, para almacenar otros vectores es indispensable adecuar la planta, puesto que las infraestructuras están diseñadas únicamente para GNL, cuyas condiciones de temperatura son diferentes a las del resto.

De hecho, Enagás participa en un proyecto similar en Stade (Alemania), que entrará en funcionamiento en 2027 y que aspira a ser un 'hub' energético que, además, «se situará en el centro de la red de hidrógeno prevista en dicho país, que conectará los principales centros de producción con los almacenamientos y los consumidores industriales», señala la compañía.

Precisamente, la semana pasada el Gobierno autorizó a Enagás a iniciar la tramitación del H2Med y la red española del hidrógeno, donde Gijón tiene un papel estratégico. Este permiso incluye gestionar la solicitud de autorización, la construcción, puesta en servicio, operación, vigilancia y mantenimiento de las conducciones de hidrógeno renovable.