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La regasificadora de El Musel espera ya la llegada del primer metanero que permitirá inyectar gas natural licuado (GNL) en sus instalaciones, de forma que ... se pueda probar su funcionamiento, lo que se conoce como «la puesta en frío» de la terminal, según explicó esta mañana el director general de Infraestructuras de Enagás, el gijonés Claudio Rodríguez, en un encuentro con los medios. Es previsible que el proceso pueda comenzarse este mismo fin de semana. Está fijado entre hoy, día 30, y el 6 de julio.
Se trata de una operación vital para que la planta inicie su actividad comercial, con la que se concluirán los procesos de precomisionado y comisionado que la compañía lleva desarrollando durante casi un año para activar la instalación, finalizada hace casi once años y que nunca ha entrado en servicio debido a numerosos reveses judiciales. Durante los últimos meses se ha realizado una revisión integral de las instalaciones, se han preparado las tuberías, secado e inertizado y también se han preenfriado con nitrógeno para recibir el gas natural licuado, que para permanecer en ese estado se encuentra a -160 grados. Una vez que el barco atraque se procederá al proceso de puesta en frío, que durará entre 72 y 90 horas, más que la horquilla de entre 24 y 36 habituales para este tipo de descargas. Porque, de hecho, no será una operación normal, el GNL se irá introduciendo lentamente de forma que vaya «barriendo» el nitrógeno que actualmente llena el sistema y que, de forma extraordianaria, deberá ser quemado en la antorcha con la que cuenta la planta, ya que no se puede inyectar al sistema. De momento, esta puesta en frío se realizará en un solo tanque -cuenta con dos, cada uno de 150.000 m3- y está previsto que en las próximas semanas también se produzca este proceso en el segundo.
Una vez que la calidad del gas sea la correcta, ya se procederá a verterlo a la red, aunque el principal cometido de la instalación será el de ser una planta logística que permita almacenar el GNL para suministrarlo después a las regasificadoras flotantes que se han instalado en el norte de Europa -Alemania cuenta con tres, Países Bajos con dos y Finlandia con 1-, todo para garantizar el abastecimiento, amenazado tras la invasión de Rusia a Ucrania. Estas otras son instalaciones de menor tamaño y con poca capacidad de almacenaje, de ahí que la de Gijón vaya a ser una especie de «gasoducto virtual» para ellas. Será «una planta focalizada en la seguridad de suministro», recalcó Rodríguez. Igualmente, alrededor de un 40% del gas se quedará en la actividad regulada para la carga de cisternas, de forma que se descongestione el tráfico de la de Bilbao, y el 'boil off gas' (BOF), el gas que se evapora y que, al no disponer de compresores que lo vuelvan a relicuar, irá a la red. «Este inicio de puesta en marcha significa algo relevante para Europa, para España y, por supuesto, para Gijón», insistió el director de Infraestructuras de Enagás.
La plantilla actual de la regasificadora es de 53 personas, el 60% asturianos, que ya han pasado por un proceso de formación y rotación en distintas terminales, pero que además como soporte cuentan durante estos meses con el apoyo de personal de otras plantas y también de Reganosa, cuya operación para adquirir el 25% de la infraestructura asturiana marcha a buen ritmo y se culminará en la segunda mitad del año.
La actividad que tenga la terminal dependerá de los comercializadores que al final sean elegidos. Este viernes, de hecho, finaliza el proceso de asignación del servicio, aunque aún se tardará algunas semanas en saber quiénes serán las empresas que usen finalmente la planta. La regasificadora movilizará anualmente entre 12 barcos, el mínimo para su puesta en frío, y 100, contando en este caso con 50 descargas y otras tantas cargas.
Además, mirando hacia el futuro, Rodríguez destacó que este tipo de infraestructuras tendrán «un papel relevante en la incorporación gases renovables». De hecho, en Alemania, las regasificadoras deben estar preparadas para en el año 2043 reconvertirse a la carga y logística del hidrógeno. Enagás ya analiza cómo sus terminales podrían adaptarse al amoniaco, derivado de este vector energético, una posibilidad que quedaría abierta para la instalación gijonesa en una segunda fase.
En el encuentro con los medios, participó también el director financiero y de desarrollo corporativo de Reganosa, David Santamaría, que explicó cómo su compañía, nacida para abastecer de gas natural a Galicia, ha pasado a ser un actor global en el sector y que defendió que llegan a la terminal gijonesa con disposición de «sumar todas sus habilidades» a las de Enagás y también con la intención «de invertir en El Musel», a la vez que se fortalece el sistema energético español, se impulsa el puerto gijonés y también el noroeste español.
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