La recuperación del mercado laboral en Asturias deja atrás a los parados de larga duración

En el paro registrado, la cifra de desempleados de larga duración no es tan evidente, entre otras causas, porque parte de estos afectados, de carácter estructural, ni siquiera acuden ya a las oficinas del Servicio Público de Empleo, pero con los datos que distribuye el Ministerio de Trabajo sí se pueden percibir ciertas tendencias. Para ello, hay que tener en cuenta el colectivo definido como personas desempleadas sin trabajo anterior, en el que se integran aquellos que se estrenan en el mercado, pero la mayoría corresponde a personas que llevan más de un año en paro. Y, precisamente, este fue el único sector en el que la cifra de inscritos creció el mes pasado, hasta 6.036. Ganó 28, un 0,47%. Mientras, en industria, agricultura y construcción la cifra se redujo.

Ante esta coyuntura, el coordinador de USO-Asturias, Miguel Rivero, reclama al Gobierno del Principado «que integre adecuadamente la perspectiva de edad y género para diseñar planes de empleo dirigidos a que todas estas personas cuenten con las herramientas y capacitaciones necesarias para volver a desarrollar su vida profesional, con garantías de estabilidad». Dentro de ese grupo, explica, seis de cada diez son mujeres, al ascender a 3.813 paradas (un 0,53% más que en febrero), frente a 2.223 hombres (0,36% más).

Uno de los factores que lastran al mercado laboral regional es el desequilibrio entre la oferta y la demanda, por eso los sindicatos piden medidas para poder reducir esa brecha. «Dar salida a los parados de larga duración es uno de los grandes desafíos de la sociedad asturiana. Son profesionales con formación básica. Las empresas de hostelería, construcción o servicios nos dicen todos los días que necesitan empleados y que no los encuentran, pero hay gente apuntada en las oficinas de empleo que lleva más de un año buscando trabajo y encajaría en esas vacantes», denuncia Javier Campa, secretario de Empleo de UGT Asturias. En esa línea, la responsable de Empleo de CC OO de Asturias, María José Gutiérrez, califica de «indignante» que con miles de personas en situación de paro de larga duración haya quienes «se atrevan a afirmar que la gente no quiere trabajar». Apunta , además, que este problema «es un mal sistémico de nuestro mercado laboral y se corre el riesgo de que se enquiste».

Para solucionar este desafío, resulta clave analizar las causas y ver qué necesidades tiene el tejido empresarial de la región. «Estamos intentando abrir dos vías. La primera, una mesa de empleo que abra el melón con la patronal de por qué se está dando ese desequilibrio entre la oferta y la demanda, con el objetivo de identificar cuáles son los perfiles que se necesitan o cuáles son los problemas para poder encontrar las soluciones. Puede tratarse de una cuestión de precariedad laboral, o de que haya que formar u orientar a los trabajadores, pero para eso hay que sentarse y verlo», señala Campa.

Por su parte, el responsable de Empleo de UGT Asturias considera que el Servicio Público de Empleo del Principado (Sepepa) «no puede ser un órgano puramente administrativo, sino una auténtica oficina de recolocación y orientación, porque hay déficit en este aspecto». Mientras que Gutiérrez exige, además, «un plan de choque por el empleo para mujeres, jóvenes y personas mayores de 45; y condiciones laborales decentes para poder vivir con dignidad».

Precisamente, a finales de la pasada semana, el Ministerio de Trabajo y Economía Social anunció un adelanto del reparto del 70% de los fondos destinados a cada comunidad para este año, para que se puedan poner en marcha las convocatorias destinadas a favorecer la inserción laboral de personas en desempleo, con especial atención al colectivo de mayores de 52 años. Asturias recibirá 57 millones de adelanto, aunque en total serán 81,5, los mismos que el año pasado.

El consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, Borja Sánchez, prometió que se atenderá «sobre todo, a parados de larga duración, un colectivo prioritario, junto con los jóvenes». La cuestión es si realmente permiten insertar estos perfiles desenganchados del mercado laboral y de las demandas de las empresas, que en muchos casos también rechazan los currículos en los que hay lagunas temporales.