El proyecto defiende que sus emisiones y los vertidos al mar son «compatibles» con la salud

Los niveles de inmisión de contaminantes «se encuentran alejados de los valores límite», recoge la documentación ambiental

N. A. E.

GIJÓN.

Sábado, 16 de marzo 2024, 01:00

Ionway defiende la viabilidad ambiental de su proyecto de fabricación de materiales intermedios para baterías eléctricas de El Musel. La documentación facilitada ayer por el Gobierno del Principado, y que se encuentra en fase de información pública, señala que «teniendo en cuenta los niveles ... de calidad del aire actuales en el entorno de localización de las futuras instalaciones», el proyecto es «viable desde el punto de vista de su impacto sobre el medio atmosférico» y que también lo es en relación a los efluentes, los recursos hídricos que se derivarán del proceso y que se verterán al mar.

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Así, por un lado, subraya Ionway que «los niveles de inmisión de contaminantes que se calculan con el modelo de dispersión se encuentran alejados de los valores límite de calidad del aire recogidos en la legislación». Los niveles de dióxido de azufre se situarán en niveles «muy poco significativos», también los de partículas y no se prevé que la puesta en marcha del proyecto «conlleve impacto por olores en el entorno de la localización» ni impacto sobre la fauna. Concluye que «se considera que el impacto de las emisiones atmosféricas del proyecto sobre la aceptación social y la salud es compatible».

Asimismo, la compañía explica que, además de las instalaciones de almacenamiento de materias primas o las plantas de procesamiento y fabricación de productos y los tanques requeridos, las líneas de producción incluirán paralelamente un sistema de depuración de amoníaco y otro de filtrado para los gases que emanan del proceso, previo a su emisión.

Las instalaciones contarán con un sistema de depuración de amoníaco y otro de filtrado de gasesLos efluentes de la planta, altos en sulfato de sodio, se verterán al mar mediante el emisario submarino de Aboño

Además de las materias primas necesarias, como niquel, cobalto y manganeso, el proceso requerirá agua para su funcionamiento. Se estima un consumo anual de unos 5,2 millones de metros cúbicos, que serán suministrados por la red portuaria, en concreto, mediante una tubería desde la estación de bombeo de El Musel. Se necesitará agua desmineralizada para llevar a cabo los diferentes procesos de las instalaciones por lo que se dispondrá de una planta desmineralizadora y una red de distribución de líquido de este tipo. En ella se desmineralizará parte del agua de entrada para alcanzar el mayor grado de pureza requerido.

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Las corrientes generadas en los lavados serán tratadas para la recuperación del amoníaco y, posteriormente, serán enviadas a la planta de tratamiento de aguas residuales con el objetivo de eliminar los metales que arrastran antes de verterlas al mar a través de una conducción que se conectará con el emisario submarino existente de Aboño. Ese efluente contará con una concentración mayoritaria de sulfato de sodio, pero destaca el proyecto que «se puede concluir que la afección al medio del vertido de la planta de producción (...) es compatible con los objetivos de calidad establecidos», ya que el agua será, previamente, tratada y depurada.

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