Lanzar un nanosatélite de telecomunicaciones al espacio. Ese es el paso final que se plantea el Principado en el proceso de compra pública innovadora que abrirá el próximo año y que tendrá reflejo en los presupuestos de 2022. Pero lo más importante de esta iniciativa, ... según destacó el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad del Principado, no será la meta, sino el camino recorrido. Borja Sánchez explicó que uno de los principales objetivos que se plantea el Gobierno regional con la puesta en marcha de esta iniciativa es potenciar la industria aeroespacial ligada a los nanosatélites en la región, un sector incipiente, al alza y que puede tener un fuerte arrastre sobre industrias ya asentadas en Asturias y sobre algunos de los centros de investigación con los que cuenta la región.
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Un nanosatélite es un pequeño aparato que puede pesar entre 10 y 20 kilos y que se pone en órbita «a baja altura». Su coste puede oscilar, según explicó el director general de Innovación, Iván Aitor Lucas, entre los 50.000 y los 100.000 euros y puede destinarse a diferentes fines. El que plantea el Principado estaría destinado a las telecomunicaciones y permitiría mejorar la cobertura en zonas de alta montaña o en el mar y potenciar el mapeo de la región, entre otras muchas aplicaciones. Aunque la clave de esta iniciativa no está en el propio aparato, que sería propiedad del Principado, sino en su desarrollo. El Principado va a poner en marcha un proceso de compra pública innovadora, un sistema regulado por ley que introduce importantes diferencias sobre las licitaciones habituales. El proceso comienza con la publicación de las intenciones del Gobierno y sigue con la apertura de un «diálogo» con empresas interesadas. Es ahí donde se definen las características de los pliegos finales, donde el proceso ya se asemeja más a una licitación tradicional.
Con el proyecto en marcha, el objetivo es que el tejido productivo e investigador de la región que tenga vinculación con este sector pueda mostrar su interés y que la empresa adjudicataria pueda arrastrar también a todas estas entidades para el desarrollo del nanosatélite. «Es un sector tecnológico que no existe en Asturias y que queremos atraer», explicó Borja Sánchez.
El director general de Innovación explicó que, a la hora de desarrollar este proyecto, se presentan dos retos fundamentales. El primero, poner en marcha un banco de pruebas de nanosatélites en el que habrá que trabajar cuestiones como las cámaras de vacío, los controles de orientación o los medidores de empuje. El segundo, un banco de ensayo de motores. «Este proyecto estimula la innovación del tejido productivo y aumenta la inversión en I+D+i», uno de los déficits que presenta el Principado.
Asturias cuenta ya con una entidad, el Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias, que trabaja en cuestiones aeroespaciales. En el ámbito tecnológico, dispone de centros dedicados al estudio de los materiales, un aspecto fundamental para el desarrollo de este proyecto. «El objetivo es que haya una transferencia de conocimiento, tener más empresas innovadoras y una línea productiva en un sector que no existe en la región», explicó Borja Sánchez. El consejero de Ciencia señaló que este proyecto es una iniciativa «piloto» que permitirá además profundizar en la fórmula de la compra pública innovadora, un sistema que, una vez probado, se podrá extender a otros ámbitos de la Administración regional.
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