Principado, Fade y UGT aprueban una estrategia industrial «de mínimos sin medidas concretas»

Entre las medidas que destaca el documento se encuentran la agilización y simplificación administrativa, el fortalecimiento de la I+D+i, la potenciación de la promoción de Asturias en el exterior, la captación de fondos europeos, el desarrollo del área metropolitana o la aprobación de una Ley de Industria y otra de Proyectos Estratégicos. Su desarrollo se fía «en gran medida» a la asignación de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y a la colaboración público-privada. Se dice el qué, pero no el cómo y de ahí derivan las críticas.

Se trata de «la puesta en marcha de un conjunto de políticas que contribuyan a modernizar la industria, favorecer el desarrollo de nuevos sectores de futuro y lograr la atracción de inversiones», apuntó el consejero de Industria, Enrique Fernández. Sin embargo, tanto Fade como UGT y CC OO critican que el texto no haya ido más allá y defina cómo se van a lograr esos objetivos y se van a desarrollar esas políticas palanca.

En este sentido, el director general de Fade, Alberto González, calificó de «acuerdo de mínimos» la estrategia, en la que echan en falta «medidas concretas». «Nos gustaría que el documento fuera más ambicioso, pero es al que pudimos llegar de consenso», subrayó. Entre las carencias, considera que establece marcos generales, «pero no prioriza» dónde se destinarán «unos recursos limitados, cuando los fondos europeos exigen que se potencien unas actividades sobre otras».

Desde UGT, su secretario general, Javier Fernández Lanero, también reconoció que durante las reuniones reclamaron más concreción. No obstante, considera el borrador un «documento de base» sobre el que trabajar para mejorar. Pidió, además, que no se mezclen las críticas con las derivadas de la falta de apoyo a la industria asturiana por parte del Gobierno central «y de sus ministras», en referencia a las titulares de Industria y Transición Ecológica, Reyes Maroto y Teresa Ribera, respectivamente, «contra la que nos movilizamos». «Esta es una estrategia a largo plazo, nueve años, no un plan y parte de medidas genéricas que luego se irán concretando en la comisión de seguimiento», argumentó. Para esa definición reclamó partidas presupuestarias y avances en la concertación.

En ese desarrollo futuro se centró Fernández para defender el texto, que consideró «un punto de partida que posteriormente adaptaremos a las necesidades de cada subsector industrial como, por ejemplo, las electrointensivas, la actividad química y la agroalimentaria».

Sin embargo, desde CC OO las críticas fueron rotundas y se plasmaron en el plantón en la reunión en la que se iba a ratificar el texto. Censura su secretario general en Asturias, José Manuel Zapico, que en el documento no haya compromisos concretos, «solo declaraciones de intenciones»; que carezca de una batería urgente de medidas definidas que compensen los efectos negativos de las políticas del Gobierno central; que tampoco haga una clara apuesta por una FP Dual ni incluya acciones concretas para mejorar la conectividad física y digital. «Es un brindis al sol», señaló. El secretario general de CC OO de Industria, Damián Manzano, también cargó contra el texto, que llega cinco meses después del acuerdo de la Alianza por la Industria «sin que haya habido ningún resultado». «Estamos en una dinámica de mesas que se reflejan en amplios consensos y no se traducen en nada», lamentó.