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María Calvo (Gijón, 1975) reclama que se ponga el foco en las verdaderas necesidades de las empresas y los empresarios asturianos, ya que el Principado, apunta, suele primar la atención social frente a la actividad económica. La presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios ( ... Fade) insta, asimismo, al Gobierno regional a defender «con convicción e intensidad» las infraestructuras clave que están pendientes.
–¿A qué atribuye la polémica por la modernización de las directrices de comercio?
–Primero, creemos que la mesa de Comercio de Fade es el interlocutor para trabajar en estas directrices porque ahí está representado todo el comercio, con independencia de que luego también deben pasar los asuntos obligatoriamente por el Consejo Asesor de Comercio. La postura de la mesa siempre ha sido clara, está a favor de una modernización de las directrices porque desde la última modificación ha evolucionado el mundo y ellos mismos han tenido trabas en estos últimos años. Pero creemos que esta modernización se debe abordar teniendo en cuenta una visión de conjunto de Asturias y no solamente para algún proyecto concreto. Y teniendo en cuenta a los que quieren venir, pero sobre todo a los que están aquí y llevan muchos años generando empleo y riqueza y atendiendo a las necesidades de los asturianos. También se dice que determinados proyectos no pueden implantarse, pero existen posibilidades en el centro de Asturias, en zonas de rehabilitación o de ampliación urbana, y también en las alas se pueden ubicar superficies de hasta 6.000 metros cuadrados. Además, hay centros comerciales cerrados como Caudalia o Valle del Nalón.
–¿Cree que la llegada de Costco a Siero podría perjudicar al pequeño comercio?
–Creemos que hay unas normas que se deben aplicar a todos y, de hecho, Costco ya podría implantarse en otros lugares de Asturias, y contra eso nada que decir. Pero si hay que modificar la normativa, insisto, creo que no debe ser solo mirando a Costco, sino al interés del comercio de Asturias y de los asturianos de forma general.
–Más allá de proyectos concretos, ¿cuál es la propuesta de Fade para modernizar las directrices de comercio?
–Está todavía en un momento preliminar y creo que en las negociaciones no es bueno que se tense la polémica o que se despejen en los medios o en público porque eso dificulta muchas veces las soluciones. Pero lo que traslada la Mesa de Comercio es que hay aspectos que deben ser retocados para un mayor equilibrio territorial en el conjunto de Asturias y para facilitar que todo el comercio pueda desarrollar aquí sus proyectos, incluso ampliarse. Es cierto que tienen algunas dificultades con la normativa actual y en eso se está trabajando.
–¿Cuáles son los deberes pendientes en materia de infraestructuras que más urgen los empresarios?
–Desde que empecé el mandato llevo diciendo que una de las demandas fundamentales era el trato en infraestructuras que está recibiendo Asturias. Tengo la sensación de que con abrir la variante parece que se cumple con la región. Fue un hito muy importante y así lo hemos reconocido, pero ahí no acaba todo. Tenemos El Musel, con mucho interés empresarial, pero para explotar su capacidad al máximo necesita conexiones tanto por carretera como ferroviarias. Por tanto, es una prioridad la adecuación de la vía ferroviaria desde Pola de Lena a Gijón y también esos accesos por carretera. Al igual que la puesta en marcha de la ZALIA, que para que se comercialice y haya verdadero interés empresarial debe estar completada con todos los accesos y todos los suministros, tanto eléctricos como de telecomunicaciones, que ahora mismo no están.
–¿Y más allá de Gijón?
–En toda la región tenemos muchas infraestructuras pendientes. Está la vía de alta capacidad del suroccidente, que es un proyecto que se lleva prometiendo 20 años. Estuve en Cangas del Narcea la semana pasada y nos trasladaban los problemas de comunicaciones que tienen y creemos que es importante darles una solución. Y también las cercanías, porque con la apertura de la variante hemos conseguido que llegue más gente a Oviedo, Gijón y Avilés, pero es necesario que podamos dispersar al resto del territorio, sobre todo, a esos turistas que llegan. El Principado debe defender con mayor convicción e intensidad las infraestructuras de la región ante el Gobierno de España y exigir compromisos reales en presupuestos y plazos, porque, después de las decepciones de los últimos años, ya no nos valen a los asturianos anuncios que luego no se cumplan. Hay que hacer proyectos realistas, con plazos y con presupuesto; esa será la única forma de que salgan adelante.
–¿Qué le parece la solución mixta que plantea el ministerio para el vial de Jove?
–Compartimos la postura del Ayuntamiento de Gijón y del Gobierno de Asturias, no nos convencen las explicaciones dadas por el ministerio respecto a que no sea posible hacer el vial soterrado. Creemos que técnicamente es posible y que, si no se quiere hacer, será por otros motivos que deben explicarse. Hay que buscar una solución urgente, factible y con compromisos rápidos. En este sentido, el puerto, desde su ampliación, prevé la necesidad de dos accesos, por tanto, queremos que primero se dé una solución rápida a lo que se va a hacer en el vial de Jove, pero que se aborde ya también el acceso por Aboño, que creemos que es factible, que puede ser más rápido y con menos presupuesto. Pero, insisto, ya no son tiempos de pensar, sino de decisiones y compromisos.
–¿Tiene la percepción de que el Gobierno central ningunea a Asturias en el tema de las infraestructuras?
–Sí. Siempre hemos defendido que creemos que no se trata a Asturias como a otros territorios. Es evidente, vemos cómo en otros territorios se anuncian infraestructuras y se ejecutan, mientras que aquí hablamos de proyectos de más de 10 y de 20 años que al final no se concretan.
–¿Qué opina del proyecto de la estación intermodal de Gijón presentado por Transportes?
–A estas alturas ya no estamos en el momento de pensar si es la mejor ubicación o no, sino de pensar en que se haga y, si esto es un paso adelante, pues estupendo. Todavía no nos parece que esté suficientemente concretado, de hecho, incluso las horquillas de las cifras de inversión que anunciaba eran tan amplias que no sabemos si de verdad responden a un proyecto concreto. Por tanto, hay que aterrizarlo, que se concrete y que se haga.
–Gijón propone recortar las viviendas a construir en el 'solarón' de 1.208 a 750. ¿Está de acuerdo?
–Es verdad que se plantea una reducción y en Gijón hay una necesidad importante de vivienda, fundamentalmente causada por una reducida oferta. Si ese es el proyecto en el plan de vías, lo que sí pedimos es que en el resto de Gijón y, sobre todo, en las zonas colindantes se desarrollen los terrenos para que se puedan ejecutar viviendas. Hay otros ámbitos en la zona del 'Tallerón' y El Natahoyo en los que también están previstas viviendas y urge impulsarlas porque vendrá más gente a Gijón, por ejemplo gracias al proyecto de Naval Azul, que va a atraer a jóvenes que necesitarán un sitio donde vivir, por lo que hace falta solucionar el problema del suelo.
–¿Confía en que se materialice por completo el plan descarbonizador de Arcelor?
–El comienzo inminente de la obra del horno eléctrico es un paso importante en la modernización de la acería de Gijón, pero es cierto que Asturias no puede perder la siderurgia integral. Por tanto, ahí no acaba todo. Debe darse tiempo a toda la industria a hacer la adaptación suficiente a las exigencias de la descarbonización y, además, las condiciones necesarias para ser competitiva, igual al menos que en otros territorios de Europa, donde se están garantizando los precios de la energía y facilitando los proyectos. También nos preocupa que en Asturias tenemos una legislación medioambiental más dura que en otros territorios como País Vasco o Cataluña, con los que competimos.
–Uno de los caballos de batalla de Fade es la fiscalidad. ¿Es una carga más pesada para los empresarios asturianos que para los de otras regiones?
–Nos estamos quedando los últimos en materia de fiscalidad y eso desde luego que nos hace menos competitivos. Muchas veces el Gobierno de Asturias alega que no son impuestos a las empresas, pero indirectamente a los empresarios, a los directivos y a los trabajadores de las empresas también les afecta la fiscalidad y, por tanto, tiene consecuencia en la actividad económica. Es una de las grandes preocupaciones de los empresarios, y por eso presentamos al Gobierno de Asturias varias propuestas de mejora en materia fiscal, algunas más directamente destinadas a fomentar la actividad económica como la reinversión, pero desde luego también deflactar el IRPF. Nos parece imprescindible porque creemos que es injusto que se recaude más no porque haya habido una mejora económica de los ciudadanos o las empresas, sino porque ha habido inflación.
–¿Se producen deslocalizaciones por la carga impositiva?
–En cuanto a los impuestos de Patrimonio y de Sucesiones, no podemos estar en peores condiciones que en otros territorios porque las personas y las empresas vivimos en un mundo globalizado y se toman libremente las decisiones sobre dónde localizarse. De modo que la fiscalidad no debe ser un factor de distorsión y sí vemos que ya hay empresarios y empresas que optan por otras ubicaciones por este motivo.
–El mercado laboral asturiano sigue mejorando, ¿es prueba de que las empresas asturianas resisten en esta época de incertidumbre?
–Es cierto que estamos en un contexto de crecimiento económico moderado y, por tanto, disminuye el desempleo. Pero tenemos un problema muy grave en el mercado laboral de falta de trabajadores en prácticamente todos los sectores y esto está impidiendo crecer más a las empresas. A esto se une una legislación laboral cada vez más intervencionista y cada vez más restrictiva, que afecta a la productividad. Además, están sufriendo un problema de absentismo, en el que somos líderes a nivel nacional, y ahora vemos que se vienen ya otras normas, que además no se pactan ya desde el Gobierno de la nación en el marco del diálogo social, sino que vienen impuestas, en temas de jornadas, horas extra, permisos... y esto obviamente está afectando gravemente a nuestra productividad y ataca directamente a la libertad de empresa y del trabajador.
–¿De qué manera afectan estas leyes a ambas partes?
–Por ejemplo, debe vigilarse que las horas extra se paguen correctamente, nunca defenderemos al incumplidor, pero no por ser incapaces de vigilar esto tenemos que prohibir cuando libremente tanto trabajador como empresa desean hacerlo. Vemos una tendencia al intervencionismo y a la prohibición cuando no hay capacidad de vigilancia y, si no cambiamos el rumbo, tendremos una falta muy grave de trabajadores. También hay que repensar el sistema de protección social, que desde luego debe existir, pero en ningún caso debe desincentivar a trabajar. Hay que trabajar más en la reinserción laboral de los desempleados, pero también exigir formación.
–'Pay them more' ('Pagadles más'), recomendó el presidente estadounidense Joe Biden. ¿Es un problema de dinero?
–No, porque los salarios que se pagan son los que se pactan con los sindicatos en los distintos convenios colectivos y se ha hecho un esfuerzo muy importante estos años para actualizarlos. Entre las principales causas de la falta de trabajadores está la formación, que debe actualizarse.
–'Menos jornada y mejores salario' era la reivindicación principal de este Primero de Mayo. ¿Es factible?
–Eso es lo que querríamos todos, ¿no? Pero hay que preguntarse si nos lo podemos permitir o quién lo asume. Las empresas tenemos un problema de productividad que no va a mejorar con estas medidas, al que se suma la falta de trabajadores, con lo que, si se restringe el número de horas trabajadas, será todavía más difícil cubrir las necesidades. Por otro lado, es sorprendente que hubiera once ministros del Gobierno central en la manifestación, interfiriendo en lo que debe ser el diálogo social.
–¿Asturias corre el riesgo de tener un turismo de masas?
–Estamos viendo un aumento de la demanda de vivienda por gente de fuera de Asturias y de fuera España y considero que es muy bueno. Desde luego hay que tener una estrategia turística y creo que Asturias está a tiempo de ordenar el sector adecuadamente porque no tenemos ese turismo masificado que hay en otras zonas de España. El reto está en desestacionalizarlo para que vengan turistas durante todo el año.
–¿Es partidaria de la ecotasa?
–Hay otras vías para elegir el modelo turístico que queremos, como apostar por apoyar al sector en su digitalización y modernización, así como desarrollar unas campañas de promoción turística adecuadas al producto que tenemos en Asturias, que es de mucha calidad gastronómica y de naturaleza. Creo que es ahí donde tenemos que hacer todo el esfuerzo.
–Le queda algo más de un año de mandato. ¿Piensa optar a la reelección?
–Lo que más pongo en valor del mandato es que hemos puesto encima de la mesa temas que, si no es por nosotros, no se abordan o no entran en la agenda del Gobierno, como la burocracia, la inversión, la fiscalidad o la formación. En ello seguimos trabajando, aunque a veces signifique hablar con claridad o con cierta exigencia hacia el Gobierno y, por tanto, en determinados momentos pueda buscar interlocutores un poco más afines. Creemos que tenemos que seguir esta línea porque todavía nos queda trabajo por hacer, no toca hablar ahora mismo de la reelección. Criticamos muchas veces que la clase política está en campaña permanente, pero que nadie cuente con nosotros para eso.
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