Premio a un ejemplo de asturianía y de «generación de valor»

«Uno es de donde ha pasado la infancia si ha sido feliz», citó Madera, para recalcar que, a pesar del tiempo pasado fuera, «moriremos asturianos». Parte de su discurso lo dedicó a agradecer a sus padres, sus hijas y amigos haber estado a su lado «en las buenas y en las malas» y también para hablar de la sanidad a la que se dedica, «un sector que se preocupa por la gente» y que vive un momento «histórico». «Disruptivo», por los avances científicos, la medicina predictiva y personalizada y también por el aumento de recursos que necesitará, señaló, apelando al presidente del Principado sobre el presupuesto que se destina a ella. De ahí que defendiera buscar soluciones «y la más importante es la prevención, no solo pensar que papá Estado lo tiene que pagar todo». Previamente, en un encuentro con los medios, aseguró también su deseo de poner su «granito de arena», en referencia al hospital que tiene proyectado el grupo en Gijón. «Estamos peleando por ello sí o sí y, si se dan todas las circunstancias, estaremos».

Por su parte, Obdulia Fernández, 'Mayu' –«porque lo de Obdulia solo es para el DNI», apuntó José Muñiz, rector de la Universidad de Nebrija, que glosó su figura– defendió que «la inversión en el patrimonio es una inversión en el futuro de Asturias, una forma de honrar nuestro pasado, mientras construimos un futuro sostenible y próspero» y compete a toda la ciudadanía protegerlo. Así, reclamó «no permitir su desaparición y caída en el olvido», porque supondría una pérdida de parte de la historia, pero también por la relevancia que tiene para revitalizar las zonas en las que se encuentra. «Los premios son un reconocimiento, pero también una responsabilidad», señaló también. Poco antes, Madera había apelado a sus cuatro hijas, que grababan el momento con sus móviles, para que continúen con su legado.

Previamente, Muñiz había destacado el equipo «sincronizado» que forma la pareja. «Ninguno de los éxitos se entendería sin el otro», apuntó su glosador y amigo, que destacó jocoso algunas de sus diferencias, como el amor por el Real Madrid de él, mientras ella prefiere la música, o anécdotas, como que su primer proyecto empresarial fue una plantación de fabas que fracasó.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, se remontó, sin embargo, a hace 16 años, en Castropol, cuando «adoptaron a su primer hijo de piedra». Ahora ya cuentan con ocho edificios singulares que «están viviendo una nueva juventud». Son «una familia numerosa» que contribuye al desarrollo de la comunidad, explicó

«Dos personas que, por separado, han demostrado ser capaces de grandes cosas; pero que juntas tienen un potencial insuperable», relató, por su parte, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que destacó a este «tándem de asturianos que llevan Asturias en la cabeza y en el corazón».

Por otro lado, el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, que habló en el nombre de los patrocinadores –también Asturiana de Zinc, TK Elevator y DKV Seguros– consideró la actividad de Madera y Fernández como «la obra de una familia» y calificó el acto de entrega de este premio como «la fiesta del empresariado asturiano», para recordar además la cercanía de la entidad con las empresas.

«Esperamos que casos como el de Víctor y Mayu sirvan de inspiración a jóvenes inquietos para animarse a emprender y que vaya surgiendo una nueva generación de buenos empresarios asturianos que consiga una Asturias más próspera, con un mayor peso del sector privado», abogó por su parte el presidente de APQ, Pedro Sainz de Baranda, «con proyectos que animen a más personas a venir aquí ante la expectativa de un futuro mejor».