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La oposición puso ayer de manifiesto, de manera unánime, su desacuerdo con la Estrategia Industrial que presentó el consejero de Industria, Enrique Fernández, en la Junta General. Todos los grupos, con la excepción del socialista, criticaron la falta de concreción del documento diseñado para ser ... la hoja de ruta en esta materia hasta 2030, que es «abierto, flexible y colaborativo». El titular de estas competencias defendió que «se van a iniciar una serie de negociaciones, como es la concertación social, donde se suelen plantear medidas más concretas asociadas a los presupuestos, y las negociaciones presupuestarias, que se abrirán en la parte final del año, donde ustedes podrán incorporar planteamientos con medidas concretas».
En respuesta al diputado popular Álvaro Queipo, que puso como ejemplo la estrategia madrileña, que incorpora partidas económicas asociadas a los objetivos fijados, Fernández recalcó que «es fácil asumir compromisos presupuestarios, lo difícil es cumplirlos». En este sentido, subrayó que, para ser «coherentes», es indispensable que los acuerdos que se alcancen sean «ejecutables». «Podíamos haber empezado a poner cifras y ceros, pero ¿de qué habría servido?», indicó. En el debate también se hizo alusión a la negativa de CC OO a respaldar la estrategia precisamente por ser «un brindis al sol». El consejero reconoció su sorpresa por la decisión del sindicato, ya que había colaborado en la confección del documento, al igual que la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), UGT y la Universidad de Oviedo. En ese sentido, recalcó que «se han incorporado las apreciaciones del sindicato», al que reprochó que «este tipo de desacuerdos debilitan a la industria asturiana».
Los grupos de la oposición también expresaron su enfado por que el documento les llegara con menos de 24 horas de antelación para su análisis antes de la presentación. Hasta tal punto que Queipo calificó esta forma de proceder de «falta de respeto». Además, negó que sea una estrategia, sino que es «un documento de deseos», al tiempo que recordó que el PP había pedido un fondo de 40 millones para las electrointensivas para prestar su apoyo a las cuentas de 2021. «Eso hubiese dotado de presupuesto a su consejería», añadió.
Por su parte, la portavoz de Ciudadanos, Susana Fernández, apuntó que la «única novedad es un amplio paquete legislativo cuando la situación de la industria es la misma que hace año y medio». Mientras que el portavoz de Podemos, Daniel Ripa, criticó la falta de detalles para cada medida. «Eso significa que no saben cómo lo van a conseguir», declaró. Ángela Vallina, de IU, acusó a Fernández de «desperdiciar un capital que muy poca gente tuvo» al no desarrollar los acuerdos de la Alianza por la Industria.
«No es un plan estratégico si depende de la negociación presupuestaria», señaló Adrián Pumares, de Foro. Ignacio Blanco, de Vox, consideró que «es una buena excusa para no arreglar el futuro inmediato de la industria, que está en los costes energéticos». Solo el diputado socialista Luis Ramón Fernández Huerga defendió el documento y afeó que «la táctica de algún grupo ha sido dar una bofetada al Gobierno de la nación en la cara del Principado».
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