La planta de gas de El Musel encara la cuenta atrás para su puesta en marcha

Su utilidad crece ahora que Alemania ya dispone de instalaciones para recibir GNL desde España; la primera carga se envió desde Sagunto

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Sábado, 31 de diciembre 2022, 17:21

La utilidad que puede tener la planta gasista de Enagás en El Musel va en aumento a medida que las necesidades de combustible crecen en el norte de Europa por la llegada del invierno. Pero también por otro motivo: Alemania ya cuenta con las ... infraestructuras necesarias para poder recibir cargamentos desde España. De hecho, este mes ya se ha realizado el primer envío de gas. Saggas, la planta de regasificación de Sagunto (Valencia), realizó la carga de 167.000 metros cúbicos de gas natural licuado al 'Hoegh Esperanza', el primer buque que funcionará como Planta Flotante de Almacenamiento y Regasificación o FSRU ('Floating Storage and Regasification Unit', por sus siglas en inglés) en el país germano. Tendrá como base Wilhelmshaven, en el norte del país.

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En ese papel de refuerzo de la seguridad de suministro energético del continente, la instalación asturiana tiene mucho que decir, ya que se encuentra en una ubicación inmejorable para recibir el gas de EE UU, que ha disparado su suministro a España hasta convertirse en el principal proveedor del país en lo que va de año, con el 28,5% del total, según los datos que maneja Enagás.

Pero, además, la regasificadora gijonesa también está especialmente bien posicionada para que después se transporte el gas por barco al Mar del Norte, base de esa primera terminal flotante, la de Wilhelmshaven, sin tener que rodear toda la península como sucedió ahora desde Sagunto. Además, están previstas otras cuatro FSRU. En febrero se espera que esté lista la de Brunsbüttel, en la desembocadura del Elba, y a finales de 2023 dos más: en Stade, también en este río, cerca de Hamburgo, y en Lubmin, en el Báltico. Posteriormente habrá una quinta, de nuevo en Wilhelmshaven. Esas plantas flotantes podrán desplazarse hasta Gijón para ser cargadas con gas, que luego regasificarán en su país para suministrarlo a la red germana, como ha hecho el 'Hoegh Esperanza', o podrán recibir el combustible en sus bases mediante otros metaneros.

Destaca Enagás que España cuenta con uno de los suministros más diversificados del mundo y que gracias a las seis plantas de GNL en operación de las que dispone -Sagunto, Mugardos, Barcelona, Bilbao, Cartagena y Huelva-, los precios del gas natural se han situado entre los más bajos de toda la Unión Europea. A estas seis instalaciones se prevé que se una en enero la planta gijonesa, que no estará conectada a la red de suministro nacional, más allá de lo necesario para la evacuación que requiere su actividad. De ahí, que se plantee que se convierta en el centro logístico principal para suministrar GNL al norte de Europa, ya que se empleará exclusivamente para ello.

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Últimos trámites

La empresa espera aún los últimos trámites para que la planta de El Musel pueda ponerse en marcha: que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) reconozca el régimen retributivo para que pueda usarse como planta que dé servicios logísticos de gas natural licuado, la orden final de puesta en marcha y el permiso municipal. A la espera de ellos, la instalación ya está prácticamente preparada.

Enagás puso en marcha en agosto el proceso de selección del medio centenar de personas que arrancarán la planta y ya está ejecutando todas las pruebas necesarias, así como las tareas de formación del personal. La instalación arrancará en enero solo con uno de los dos tanques de los que dispone, para activar el segundo en abril. Cada uno de ellos tiene una capacidad de 150.000 metros cúbicos.

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Con su entrada en servicio se pondrá fin a más de una década de hibernación provocada por la crisis y los reveses judiciales. Tras una inversión que rondó los 380 millones de euros, la mastodóntica instalación, que se ve perfectamente desde buena parte de la costa gijonesa, se terminó en 2012, pero no llegó a funcionar nunca. El proyecto era previo a la Gran Recesión, pero su finalización llegó en plena crisis, cuando esta ya había dado al traste con los planes de expansión que había para los ciclos combinados en la región y las nuevas líneas de evacuación de electricidad. Además, se culminó cuando España ya era una potencia en regasificación, capacidad criticada durante mucho tiempo, al ser considerada excesiva, y que ahora permite al país tener mayor resiliencia frente a esta crisis energética. En este contexto, se decidió que quedara 'hibernando', una situación a la que también contribuyó el rechazo a la planta de grupos ecologistas, políticos y vecinales, que lograron que se anulara su autorización, y que obligaron a iniciar las tramitaciones.

A la espera de qué papel pueda tener esta instalación en la carrera del hidrógeno, para lo que debería ser adaptada, la guerra de Ucrania ha supuesto un punto de inflexión y si no hay más retrasos en enero la instalación 'despertará' de su largo sueño.

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