La planta de fertilizantes abordará un cambio radical y no tendrá ningún tipo de emisión contaminante

En esos momentos, se hablaba de una inversión de cuarenta millones de euros que permitirían la renovación total de las diferentes líneas de nitratos y nitrosulfato amónico de Corvera. El objetivo presentado entonces era lograr una planta sin emisiones contaminantes. De esta manera, se aseguraría un plus de calidad para sus productos.

En la práctica, supondría la construcción de una planta totalmente nueva. La posterior crisis de las materias primas y suministros alteró las cifras previstas, hasta el punto de dejar atrás los cuarenta millones de euros que se planteaban invertir.

Tanto desde el Ministerio de Industria como desde la compañía, no se ha hecho público el volumen total de la inversión que se realizará. Pero teniendo en cuenta que los sesenta millones de euros son ayudas públicas y que la empresa debe asumir una parte importante de la inversión es fácil imaginar que, como mínimo, se superen ampliamente los ochenta millones. De hecho, sin contar los 450 millones para Arcelor, es la mayor ayuda del PERTE de la descarbonización concedida hasta la fecha.

Con toda su importancia, este proyecto no será la única inversión para el futuro de la planta de Trasona. La iniciativa, registrada en el Ayuntamiento de Corvera desde 2021, no incluye las inversiones previstas para la incorporación del hidrógeno a la actividad de Fertiberia para producir amoniaco.

El plan aprobado solo supondrá la descarbonización de las líneas de producción de fertilizantes, que pasarán a no tener ningún tipo de emisión de dióxido de carbono, aunque en la práctica significará hacerlas de nuevo.

Las previsiones son que las obras duren unos treinta meses, con un importante movimiento de personal, ya que algunas partes de los procesos sólo se encuentran al alcance de unas pocas ingenierías de todo el mundo.

De forma paralela, Fertiberia sigue trabajando en el proyecto para introducir el hidrógeno verde en la producción de amoníaco, que necesita para sus fertilizantes.

Actualmente lo importa, con lo que al producirlo in situ mejoraría su rentabilidad. No sólo eso, el amoníaco verde se plantea como uno de los combustibles del futuro para el sector marítimo, con lo que Fertiberia ya ha planteado la venta de los excedentes de su producción abriendo una nueva vía de negocio.