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NOELIA ERAUSQUIN
GIJÓN.
Jueves, 16 de abril 2020, 01:30
La venta a Parter Capital de las plantas de Alcoa de Avilés y La Coruña dio ayer un nuevo e inesperado giro de guion. Ocho meses después de que culminara la operación, que fue tutelada por el Gobierno central, el fondo suizo que adquirió las ... factorías, rebautizadas como Alu Ibérica, anunció ayer por sorpresa que ha vendido el 74% del capital al grupo Industrial Riesgo, uno de los que se interesaron en aquel momento por las plantas y que, sin embargo, no pasó a la fase final de adjudicación. Asegura que lo hace «para afrontar las tremendas consecuencias económicas a escala mundial de la pandemia del COVID-19», aunque, según fuentes sindicales, las negociaciones con Riesgo se iniciaron en septiembre, nada más cerrarse la operación con Alcoa.
Los nuevos dueños mayoritarios de las factorías son un grupo con sede en Madrid, pero dependiente de un fondo ucraniano, con intereses en el sector químico, logístico, farmacéutico y también en el del metal. Riesgo se hace con las plantas a través de su vehículo de inversión System Capital Management y las gestionará desde este mismo mes, «con un plan de desarrollo a largo plazo», según ha apuntado en un documento que sirve de presentación, y en el que asegura que los primeros pasos «se centrarán en las inversiones necesarias para garantizar al máximo los puestos de trabajo» y «la reindustrialización necesaria».
Este plan se dividiría en tres etapas, la primera de las cuales culminaría en junio de 2021 y pasa por una negociación con los representantes de los trabajadores para garantizar «un futuro viable» a las plantas y el «máximo empleo» posible. Posteriormente, a medio plazo, plantea producir aluminio verde «sin mínima huella de carbono con tecnología de vanguardia» y posicionarse en un mercado nacional en aluminio secundario, mientras se desarrolla el internacional. Como segunda fase, iniciará la conversión y transformación en etapas «de energía marrón en energía verde» y apuesta por contratos de suministro eléctrico bilaterales PPA. A largo plazo, su idea es convertir ambas plantas «en el polo industrial de aluminio secundario verde más importante del sur de Europa».
Nada dice este plan, sin embargo, de volver a encender las cubas de electrólisis o de apostar por la producción de aluminio primario, de lo que depende el grueso de la plantilla avilesina, aunque si el precio de la electricidad se redujera de forma importante podría valorarse. Sin embargo, ya nadie espera un abaratamiento suficiente, tras las medidas que se incluyeron en el estatuto para las electrointensivas.
Así, los planes y gestión de Industrial Riesgo sustituyen a los elaborados por Parter Capital, que sirvieron para convencer al Ministerio de Industria de que era la mejor opción entre los grupos que habían mostrado interés por las plantas, frente a la opinión de los trabajadores asturianos, que preferían la oferta de Quantum Capital. Sin embargo, este fondo alemán estaba más interesado en la instalación de San Balandrán, lo que decantó a opinión del Gobierno central en favor de Parter, que ofrecía, supuestamente, un proyecto a largo plazo para las dos factorías, al garantizar, al menos durante dos años, el trabajo para toda la plantilla (ahora de 328 empleados en La Coruña y 286 en Avilés), además de volver a arrancar las cubas de electrólisis para producir aluminio primario si se reducía el precio de la electricidad.
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