La obra del nuevo horno eléctrico de Arcelor dejará en las arcas de Gijón cinco millones de euros

Más allá de la importancia de la inversión de la multinacional, esta supondrá un importante ingreso para las arcas municipales mediante el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras. La compañía tendrá que pagar alrededor de cinco millones de euros al Consistorio en este concepto, el 4% de la base imponible estimada, que alcanza los 125 millones de euros. En la presentación del proyecto, en julio de 2021, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cifró la inversión necesaria para el nuevo horno en 130 millones de euros.

De momento, con esa licencia condicionada, los trabajos comenzarán en el interior de la acería, que se verá ampliada con la nueva instalación, que se ubicará dentro del taller, en la actual zona de la nave de cucharas, pero que será encapsulada con paneles insonorizados mediante un adosado a la estructura.

La licencia ha llegado, precisamente, un día antes del acto simbólico con el que se va a celebrar el inicio de la obra, que tendrá lugar este mediodía. No será la colocación de una primera piedra, pero sí el descubrimiento de un hito de obra, que contará además con el consejero delegado de Productos Largos de Arcelor Europa, Sanjay Samaddar; así como con el CEO del Clúster Asturias, Philippe Meyran, y el responsable de Largos de la región, Jordi Torné. Por parte del Gobierno regional estará el presidente del Principado, Adrián Barbón, y del central acudirá el comisionado especial para el PERTE de la Descarbonización Industrial, el asturiano Luis Ángel Colunga.

La obra, insiste la compañía, supone «el primer paso hacia una producción de acero con bajas emisiones» y coloca a la división de Largos regional «a la vanguardia de la descarbonización, al ser la primera acería eléctrica que se construye en Europa de esta características». Porque, frente a un horno eléctrico tradicional, como el que puede tener la Acería Compacta de Vizcaya, que se abastece de chatarra, el que se instalará en Gijón tiene la particularidad de que fusionará tanto chatarra como prerreducidos de hierro de distintos tipos y en diferentes proporciones, de tal modo, que podrán mantenerse las calidades actuales de la siderurgia integral, pero prescindir del arrabio. Abandonará así el tradicional proceso basado en convertidores BOF (horno básico de oxígeno) y se prepara para el cierre del horno alto 'A', que está cerca del fin de su vida útil.

Según explicaron los responsables del Clúster Asturias a los sindicatos el martes, en la reunión en la que abordaron los resultados del primer trimestre, el futuro de la sección de Largos está asociado a importantes inversiones, destacando el nuevo horno eléctrico, pero también otras destacables, como la adquisición de nuevos vagones para la expedición de carril. No obstante, los últimos meses no han sido sencillos para la acería gijonesa, que ha trabajado prácticamente a la mitad de su capacidad, debido sobre todo a la debilidad de la demanda de alambrón –el tren estuvo al 25%– y también a problemas de fiabilidad.

El nuevo horno eléctrico híbrido fue adjudicado el pasado mes de noviembre a la siderúrgica vasca Sarralle y se espera que permita abastecer a sectores con estrictos criterios en materia de huella de carbono, sobre todo, los relacionados con la Administración, según la empresa. Arcelor se fija, principalmente, en el despliegue de la alta velocidad ferroviaria, que la Unión Europea prevé que crezca un 50% hasta 2030 y un 100% para 2050.

Por otro lado, CC OO ha anunciado que aprovechará el acto de inicio de las obras del horno eléctrico para protestar por el despido de una trabajadora por una falta laboral de carácter muy grave. Tras un acto de mediación celebrado ayer en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC), no ha habido acuerdo y el sindicato convoca, además de una concentración este mediodía en la portería de Sotiello, un calendario de movilizaciones.