Fernández-Escandón reclama una fiscalidad «equilibrada y homogénea» en toda España

No fue la única reivindicación del líder empresarial, que tuvo en su primer discurso palabras para reclamar una regulación ambiental «que no sea un obstáculo perenne a nuestra actividad». La queja no es nueva. Los empresarios de la región llevan años pidiendo una reducción de trabas administrativas y una actualización de esa normativa ambiental que les permita mayor agilidad a la hora de poner en marcha iniciativas o de ampliar las ya existentes, con herramientas como la declaración responsable siempre encima de la mesa.

La primera intervención de Fernández-Escandón como presidente de Femetal no estuvo exenta de críticas. En el punto de mira, el Gobierno central por su «falta de respuesta ágil e inmediata» ante el estallido de la guerra en Ucrania, que provocó que las empresas tuvieran que «ajustar sus sistemas de gestión y producción». Además, el conflicto armado ha supuesto un «nuevo incremento» de los precios de la energía, algunas materias primas y los hidrocarburos, cuestiones todas ellas que lastran la competitividad de las empresas. «Esto solo ocasiona que el diferencial de nuestras empresas siga creciendo con respecto al mercado global». La invasión de Ucrania por parte de Rusia no ha hecho más que agravar un problema que venía de atrás. La llegada de la pandemia supuso un frenazo en seco de la economía, que comenzó a recuperarse con vigor en el momento en que se fueron levantando las restricciones. Pero el parón mundial conllevó un cuello de botella en las cadenas de suministro, una situación que ahora se agudiza con la invasión rusa. «Asistimos a la mayor ruptura de la cadena de suministro de materias primas de la historia. Las empresas ya no disponen de estocaje y la ley de la oferta y la demanda se ha visto alterada», aseveró.

Las amenazas a las que se enfrentan las empresas no acaban con la guerra. El 'Green Deal' o Pacto Verde, planteamiento europeo que pasa por la descarbonización y electrificación de la economía, está teniendo, dijo, un «impacto significativo» en las industrias del metal, obligadas a «incorporar nuevos conocimientos técnicos». Esta concatenación de circunstancias no han hecho al Gobierno cambiar sus planes sobre la transición energética. Fernández-Escandón se mostró crítico con el Ejecutivo por esta decisión. «Se cierran centrales térmicas y la capacidad instalada no es suficiente para abastecer la gran demanda. Los elevados costes energéticos tienen impacto inmediato en nuestro sector. Las compañías se ven obligadas a ralentizar producción, poniendo en riesgo las inversiones». Aceptando que las empresas deben contar con una producción «sostenible», Fernández-Escandón reclamó que, en paralelo, «no se vean sobrecargadas de endeudamiento para hacer frente a los incrementos desmesurados de costes».

La coyuntura de los precios de la energía colocan en una situación especialmente complicada a las empresas electrointensivas, las más perjudicadas por los costos de la electricidad. «Las pone al borde del colapso, teniendo incluso que paralizar la producción». Uno de los principales revulsivos económicos que se esperaban para este año eran los fondos europeos de recuperación. La crisis provocada por la pandemia llevó a la Unión Europea a sacar la 'artillería pesada' y articular 750.000 millones de euros para reactivar la economía. Pero la tramitación de los mismos no está siendo todo lo ágil que los empresarios del metal esperaban. «Son unos fondos que, hoy en día, seguimos esperando con cierta ansiedad».

El relato de los retos y dificultades a los que se enfrenta el sector no ocultó, no obstante, el peso que el metal tiene en Asturias, representando un 11% del PIB regional y suponiendo el 52% del empleo industrial de la región. Con esta base, el nuevo presidente de la patronal se puso como reto para su mandato de cuatro años fomentar la internacionalización, incrementar la dimensión empresarial y potenciar la innovación, que «debe ser el centro de nuestra estrategia».

En el primero de los objetivos, cuenta con una gran experiencia. Sus años al frente de Zitron fueron una lucha constante para llevar a la empresa fuera de las fronteras españolas, situándola en multitud de países. Donde identificó un problema al que tratará de poner solución es en el tamaño de las empresas, que calificó de «importante hándicap. Tras las graves crisis sufridas, esta debilidad de nuestro sector se ha agudizado. Queremos que la industria del metal crezca en tamaño, pero también en negocio».

Una de las cuestiones que colocó en primer plano de los planteamientos de futuro en su discurso fue la apuesta por la I+D. «Debe ser el centro de nuestra estrategia de acción». Para conseguirlo, Fernández-Escandón considera «imprescindible» que las empresas «recuperen beneficios para que puedan ser destinados a la innovación. Solo siendo diferentes y haciendo productos diferentes podremos sobrevivir en el mercado».

Esta estrategia implicará «asesorar y orientar» a las empresas en el «diseño de un plan» de transformación que permita incluir en sus procesos productivos tecnologías «habilitadoras».